jueves, 30 de octubre de 2008

Crónica de un Espectáculo memorable.



Serrat, Maestro Serrat.

La tarde del martes me vi en la obligación de acudir al concierto del maestro Serrat. Sabía, por un amigo, que la cola empezó desde el medio día; que se prolongaba hasta la esquina, y que era muy seguro que no encontraría un lugar cómodo para ver el concierto. Pero no me importó, todo por el amor a la música; a la Buena música.

La cola estaba hasta la esquina del Circo Teatro renacimiento. Llegué como a eso de las 13:00hrs. Me dispuse a formarme, mientrar ponía en mi mp3 canciones del poeta de la música (título que le adjudican los incultos a Ricardo Arjona). No había tanto calor. Este frente frío nos regaló su hospitalidad.

Hubo un momento, en el repertorio de Serrat me obligó a la reflexión (siempre ocurre con Serrat). Y después de descender a lo terrenal, me di cuenta que tenía una estela de personas ávidas por tener un lugar en aquella mágica velada.

Eran las dos de la tarde y la función empezaba a las 8:30 pm. La gente llegaba en bola. Es impresionante cómo la buena música sigue jalando a la gente. Cuando dieron las 6, la cola llegaba a ocupar la mitad de la manzana. Eso es muestra de que en Campeche se quiere al maestro Serrat.



¿Serrat? Mis guevos. Lo gratis.


Pues vuelve aquel putito con sus mamadas. Claro que se llenó, pues qué más, era gratis. Y más para burlarse de los Yucas que el miércoles tuvieron a Serrat por 600 baros (el boleto más económico) y nosotros free.

Pues yo llegué a las 8:30 y me pude colar. Y con todo y escándalo que me armó la gente. Sólo me di vuelta y les dije ¡tengan! Agarrándome los guevos. Pinches víboras enfermas. Lo primero que me sorprendió es que había puestecitos donde vendían camisas de Serrat, como si fuera un rockstar. No pensé que hubiera eso. Me pregunté si eran camisas oficiales, porque si no lo eran, el gobierno permitió, y no solo eso, sino que les dio lugar a los chafirules. ¿Alguien podrá aclarar eso?

El circo Teatro ya estaba con gente antes de que lo abrieran para el público. Estaba ocupado por un chingo de reporteros que dizque fueron a cubrir el evento, pero que no perdieron la oportunidad de llevar a sus parejas, hermanos, mamás y amigos. Como siempre, en Campeche, en el pueblo de Campeche todo es para los vivos que se mueven entre los muertos (yo mismo fuí una prueba de eso).



La camadería y el respeto.

Primero que nada, hay que referirse con respeto. Y más a un maestro como Serrat, que ha llevado una carrera pulcra.

Ese respeto se mostró en la cola que hicieron los campechanos, que dieron cátedra de lo correcto. Jamás hubo un desaire de alguien que quisera entrar a la fuerza, ni un malentendido que no se arreglara con una disculpa.

Pues entré sin mayor problema, y me compré una camisa oficial de Serrat, pues es obvio que el gobierno del estado no permitiría la piratería dentro de las inmedicaciones. Es marca Óptima, con el cuerpo entero de Serrat.

Entré y me dijeron que abajo ya estaba lleno, y que fuera arriba a buscar lugares. El señor, de lo más amable me hizo subir, mientras con un contador numeraba a los asistentes. Una vez en el tercer piso, pude notar el poder de convocatoria que tiene el gran catalán. Rodrigo Solís, que me alcanzó en las inmediaciones, me acompañó desde ese momento.

Mientras le enseñaba mi camisa, vimos que su mamá nos decía que había dos lugares. Su señora madre, de lo más amable y atenta, nos aseguró esos espacios, ante la voracidad de la gente que se había percatado de las señas que nos hacía la mamá de mi amigo.

Nos sentamos, y la vista era de lujo. Con unos binoculares hubiera estado de ensueño. Nos acomodamos lo más que pudimos, y esperamos a que dieran las primeras llamadas.



Santa Sabina.

Pues yo estaba en un buen lugar. Me acomodé en una silla que estaba cerca del escenario y estuvo de pelos. Me encontré una amiga que me dio una banderita catalana << ¿Qué mierda es esta?>> le pregunté, me dijo que era para recibir a Serrat, que lo habían ideado para que el artista tuviera una cálida bienvenida, y me señaló una puerta a mi derecha, y pude notar que ponían una bandera Catalana grande. Qué lamida de guevos monumental. Si para lambizcones los campechanos se pintan solos.

Yo le devolví la banderita y le dije que se la achocara por donde no le gusta el sexo. Y ella me vio con cierta seriedad. Se sentó a mi lado y platicamos de lo horrible que era la gente. Se paraban, otros guardaban lugares con sus bolsas, abrigos, hojas y hasta con papel higiénico. Sin duda, los campechanos, como el resto de los mexicanos son amos de la arbitrariedad.

Pero lo que más me cagó, fueron las banderitas que sacudían las señoras de edad avanzada, y mi amiga (de 28 años) cuando Serrat salió. Le spuedo apostar que el catalán se sintió más incomodo que acobijado. No hay algo más desagradable que el recibir esa muestra barroca y burda de adulación.

Lo bueno fue que no esperamos mucho para tener el concierto, ya que hubiera sido insoportable esperar tanto tiempo, después de haber hecho medio día en la cola. Bueno, lo digo por los que estuvieron esperando.

Mi amiga y yo esperábamos a Serrat, pero sobre todo a Sabina, para contemplar ese dueto de lujo.



La gente: El Serrat.

Pues a mí me pareció un buen gesto lo de las banderas. A artistas así, hay que cobijarlos con cariño. Quién sabe si vuelvan a pisar esta hermosa ciudad.

Serrat salió y con él, una carretada de aplausos. Rodrigo y yo platicábamos del bello juego de luces y de cómo el color dorado se combinaba con las banderitas. Cuando un gordo desagradable, parecido al asesino de 8mm, se volteó y nos dijo: <Guarden silencio, por favor. Si van a estar platicando, por qué no van al parque> he de admitir que me sobresalté y estuve apunto de gritarle mi limitada lista de insultos. Pero sentía que no podía hacerlo, porque, primero, me lo había pedido de favor; y segundo, en cierto sentido, me puse en sus zapatos. Me quedé callado, con una sonrisa trabada. Le dije un par de cosas finalizando con un “disculpe”, y le señalé el centro del escenario.


Había algo que me turbaba. Primero que nada, no era un ruido demencial, y segundo, ni siquiera había empezado el concierto. Pero creí que tenía razón. Un concierto, como lo es el cine, hay que guardar silencio por respeto a los demás. Así que nos quedamos callados escuchando el espectáculo que había dado inicio. Y todo, para que después, el pinche gordo (perdón por la expresión), se pusiera a hablar con un joven que estaba a su lado. Y hasta hubo un momento en que sonó su celular.

Lo dejé por la paz y disfruté el concierto con júbilo.



Pentecostés del ateísmo

Mi opinión es que se te arrugó el culo por el parecido con Machine (Chris Bauer). Y además por puto. Yo le hubiera dicho que se vaya a la mierda, y que si no quería que interrumpieran su meditación, que se fuera a su casa a jalársela. Es obvio que ese tipo de gente sólo calla a los pendejos y se burla de ellos. Yo le hubiera mentado la madre y si se ponía arisco lo invitaba a salir para rompernos la madre, y ya afuera, ¡pum! Una patada en los guevos, y cuando estuviera agachado, un vergazo con la parte baja de la palma de la mano, bien conectado en la frente. Pero claro, tú eres un puto.

Pues yo no tuve ningún pedo, estuve a toda madre en mi asiento, viéndole de vez en vez las tetas a mi amiga Alejandra. El sonido era muy chingón, el piano sonaba de poca madre.

Pero lo más chingón, fue cuando salí a comprar un refresco, y me di cuenta de que Hurtado estaba afuera haciéndola de portero. Así como dijo el Chismoso. Les pondré la foto para que vean.

Para quienes no sepan quién es jorge Carlos Hurtado Valdez (ya a estas alturas), es nuestro sublime gobernador de este bello estado llamado Campeche.

Regresé, aun con todas las bocas chuecas que las señoras me brindaban, y todo porque pasaba frente a ellas. La gente es de lo peor, van gratis y no quieren ser apachurradas ni interrumpidas. Si no quieren pasar esa odisea, que mejor se queden en su casa. Lo mismo pasa en el paseo de reyes, en donde se cierra una calle completa para poner puestos de juguetes, y la gente puede comprar a gusto, pero es obvio que la calle no es una avenida y se llena. Pero no falta la señora (frecuentemente son las mujeres) que se molestan por los empujones (empujones, no crean que son los arrimones de camarón) y gritan al que esté enfrente.



La magia del arte

En eso sí estoy de acuerdo contigo. Pero no de que sean sólo las mujeres. También hay señores que se ponen de impertinentes. Pero ya nos salimos del tema.

Serrat hizo lo que mejor sabe hacer, y con tan sólo una guitarra electro acústica y un piano majestuoso, nos brindó un pedazo de grandeza. Nos bajó ángeles como “golpe a golpe, verso a verso”, “tu nombre me sabe a hierba” y la insoportable “Esos locos bajitos”.

No hay comparación, cuando uno escucha a Serrat, queda hipnotizado por ese fluir de palabras con ideas. Con esa savia sabia que congela.

Fue todo un caballero, nos habló, nos intimó. Siempre con su habitual “Dice un sabio proverbio oriental.” Nos embelezó. Es un amigo, un compañero de la vida. ¡Grande Serrat!



El truco del arte.

Es verdad. Serrat es muy bueno, pero no es para tanto. Creo que sus canciones son muy buenas, pero muchas de las más populares son poemas de poetas españoles, por ejemplo, la de “golpe a golpe, verso a verso” es un poema Antonio Machado, y no es “golpe a golpe…” es “Caminante no hay camino” , pendejo. Falso fan de mierda.

Y he de reconocer que es muy bueno en lo que hace, y que no se necesita mucho para brindar un buen concierto, más que talento. Y Serrat lo tiene. Pero lo que sí me molestó de sobremanera fue que el pinche de Sabina no haya salido. Un pinche engaño de mierda. Después de que me juraron y me perjuraron que iría, puro reatatá.



La Promesa.

Perdón por la equivocación, pero es que no recuerdo así, de golpe el título de las canciones, pero sí que son más que buenas. Y no mientas, ¡claro que sí asistió Sabina! Fue un concierto memorable. El mejor que se ha dado en Campeche en muchos años. Fue genial cuando cantaron “Y nos dieron las diez”, “Mediterráneo” y fue la cúspide cuando cantaron “Penélope”. Ese sí que fue un momento mágico.

Sabina vino a convertir toda la magia en un milagro, pues era imposible que el escenario soportara a tales titanes. Eres un mentiroso, siempre te gusta defraudar a la gente. Entras a postear mentiras, sólo para divertirte con la gente. El show fue monumental.

Todos salieron extasiados por lo vivido ahí, en el Circo teatro Renacimiento. Único.



El arrepentimiento.

Pues de eso sí no diré nada, porque me fui temprano, ya que me llevé a mi amiga a “dar una vuelta”, aprovechando que el buen Serrat “me aflojó los zapatos”. Pero he de admitir que sí, fue una gran noche. Espero que volvamos a ver a Hurtado de portero, o de algún otro oficio, como el Cantinflas.



visite http://zombieeatersblog.blogspot.com/

No hay comentarios: