viernes, 28 de diciembre de 2012





El Fin de este 2012 se acerca y la oportunidad de escribir un par de líneas se me cumple. De este año guardo sólo un puñado de alegrías y dos sacos de amargura. Sin embargo, la herética idea de pensar que no nos puede ir peor, me da ánimos para creer que este 2013 nos puede ir mejor… y digo “nos puede ir mejor”, porque una de las alegrías que me dejó este año fue que mi mujer  me dio la increíble noticia de que voy a ser papá. Pero no ahondaré más porque esa alegría me la quedo para saborearla por completo con mi nueva familia.



Uno de los cambios que no me ha terminado de parecer extraña, es la ambivalencia rigurosa de trabajar en la producción de un noticiero. Que aunque la televisión siempre ha sido uno de mis deseos más predilectos, el estar detrás de todo, me ha causado cierto estupor que aún no puedo dominar.



Y aquí dejo mi inicio de diario y me enfoco más a un aforismo de lo que me parece, la televisión campechana, un medio inentendible para los que realizan televisión en este estado. Y es que pareciera que en Campeche, aún estuvieran descubriendo la televisión, y lamentablemente los cánones a seguir, son los canales nacionales.



Si en la parte técnica se pueden encontrar a verdaderas personas que aportarían grandes ideas, es en la parte directiva donde empieza a cobrar forma el nido de serpiente. Sin embargo, no ampliaré más en esto porque mi escrito tampoco es una crítica a la televisión campechana. Por lo menos, no merece más de un párrafo.



Al parecer, la literatura me ha dejado, porque lamentablemente me he alejado de ella. Las preocupaciones y males mayores de la realidad me han absorbido y  separado de la ficción. No niego, con llanto en los ojos, que  extraño a Odisea y sus aventuras, a las 600 noches de Arabia que me faltan, el paseo eterno de Virgilio y Dante por la caravana religiosa, y el reflejo infinito de los espejos que nos propone Borges.



Estoy en el medio, alejado del oleaje de la literatura. El tiempo me agobia y siento que ya estoy restando y dejando de sumar. Necesito refrescar mi visión, mi imagen de este mundo que no deja de sorprenderme por sus extravagancias y su caos ordenado.



Los únicos que han sido incondicionales, son los amigos, y los nuevos amigos, que año con año, llego a conocer más, teniendo una gran gama de personalidades que no me canso de alabar.



Dejo hasta aquí el cursor de la computadora, esperando que tenga más tiempo y disposición para invocar más líneas, y que usted, sea quien sea, tenga el tiempo de leer y criticar estos lloriqueos.



Hasta luego