jueves, 30 de abril de 2009

Te recomeindo un libro



Hoy es día del niño y me vale madre. No pondré diez libros como Eduardo, porque sé que les importa un carajo y sólo les fastidia. Ni les voy a recomendar películas que ni van a ver. Eso mejor se lo dejo a Cinemanía o a los trailers en el cine que son mejores que nosotros. Total, a ustedes les apetece las películas de acción al estilo Silvestre Stallone, no las películas con una historia compleja y con actuaciones sobrestimadas, ni mucho menos las películas europeas ¡Qué gueva! Yo les traigo calidad. Bien saben que cuando ven debajo “de la pluma de Wilberth Herrera”, es un post de calidad y entretenido.


Yo no les voy a poner un chingo de libros, pero sí les voy a poner uno que es entretenidísimo. Les juro, es a toda madre, ¡Y sólo es uno!


TE RECOMIENDO UN LIBRO, PRESENTA:


Uno de los mejores libros que he leído.


Siempre he dicho una cosa, si cuando lees un libro se te va como agua, es que, o la obra es una chingonada, o el escritor es un chingón; en este caso son ambas.


Todavía recuerdo cómo adquirí este ejemplar. Fui a la presentación del autor. La cita era a las 8 pm, y al llegar me di cuenta que se referían a la hora campechana, porque no había nadie.


Fui a la presentación porque me interesaban las obras del autor. Eran ensayos y pues con mayor razón, ya que el ensayo me ha parecido una obra literaria mal empleada por muchos, siendo una de las mejores ficciones de las letras.


Llegué puntual y ni siquiera el autor había llegado. Era en el Teatro “Juan de la Cabada” y no habían ni abierto la puerta. En eso, veo un carro y de él, salir al autor con varias cajas. Me acerqué y le dije:


—¿Te ayudo, Eduardo?

—Sí, por favor.


Y desde ahí, compré el libro, mismo que me autografió y, como una divina maldición, grabó “…Porque la literatura sea un pretexto para entrañar una amistad entrañable…”, misma que se cumplió después de 5 años de conocernos.


1


El libro es “¿Escribes o trabajas?”, y es su ópera prima, en libro propio, su primer eslabón de muchos venideros. Y no pudo empezar mejor, retacó ese libro con ensayos muy buenos, los mejores de él en ese entonces.






¿Qué mejor manera de empezar un libro de ensayos que con un ensayo sobre el ensayo? Yo estaba interesado en esa hermosa categoría de la literatura, ya que a mi entender, el ensayo no es la terrible y marcial academización a la que es sometida, no es hermana ni pariente siquiera, de la Tesina. El ensayo es una libre disociación tanto de imágenes, como de ficciones, y no deben ser regidas por aquellos que quieran convertirla en ciencia exacta. Eso pensaba, pero en jirones. Una frase me aclaró el panorama: “La poesía es una insinuación, el ensayo, una provocación…” (del Vouyerismo considerado una de las bellas artes), era una frase sacada de las primeras páginas, a manera de prólogo, a manera de farol que da la bienvenida al visitante.


¡Eso era! Eso es el ensayo. Por fin encontraba el cause. Tiempo después, en un ensayo pedido por una querida maestra que consideraba a esta categoría como una obra con una norma académica, utilicé el libro de Eduardo Huchín para sustentar mi ensayo (sí, lo sustenté como me lo pedían, aunque no creía que debiera sustentarse ) y dejé en claro lo que era en realidad: un género literario.


Después de ese pequeño, digamos epígrafe, el libro viene dividido en cuatro grandes capítulos, con ensayos que tienen circunscrito el tema del capítulo. El lector avispado, con cayo en el glande, lee de forma acomodada. Sabe que cada escrito está relacionado con el título y mientras sigue la lectura, está a la expectativa del tema siguiente. Pero para el lector hedónico y aventado a los placeres de la desdicha, poco le importa el orden, porque se deja llevar por la magia de la literatura. Se deja sorprender.








Los ensayos están llenos de un humor elegante, sin restricciones, como si viajaras en el cuello de un cisne. El autor maneja tanto la ironía como el sarcasmo. Siempre saca a relucir la observación aguda, tanto así, que la inteligencia se presenta como un invitado al “feliz no cumpleaños”.


Aquí no pasa nada, es una oda ejemplar a Campeche. Es una muestra perfecta de cómo se puede retratar un estado desde los cimientos más inverosímiles que lo constituyen, hasta los vestigios de los que se queja. Es un relato corto que encanta al lector, lo sumerge en un hechizo que sólo el humor puede conseguir, porque ni el drama, ni la épica, pueden plasmar con tanta inteligencia un lugar en donde cualquier cosa puede pasar. Es, a mi entender, las mejores tres páginas que resumen y engloban a “lo campechano” en general.


Maitros inc. Si se puede decir, es uno de mis favoritos. Es un ensayo que define a ese ente, esa categoría que sólo en Campeche se da a aquellos hombres que no se sabe muy bien qué oficio ejecuta, pero que en sí, es chofer de camiones o taxis, electricista, plomero, mecánico…etc. Es el mejor recomendado: “Cuando decimos “Maistro” existe una disminución intencional al sustantivo “Maestro”, pero cuando calificamos a alguien de “Maitro” posiblemente haya un guiño de simpatía hacia el referido…”.


Lleno de sarcasmo, Huchín, en 12 puntos nos resuelve el problema definitorio de un Maitro. “…Reviviendo las viejas formas juglares, el maitro se convierte en propagandista de sus propias hazañas. Le apodan nada menos que “El rey de los vergazos”: argumenta que aún viene gente de Estados Unidos a pedirle pelea como si viajaran al Tepeyac a esperar una aparición…”.


“Uno se da cuenta que envejece cuando escucha sus propias conversaciones en las fiestas de reencuentro…” y es una gran verdad. Asentimos como si estuviéramos delante de un cura que nos comenta el pecado que cometimos. El autor ejecuta con maestría los resultados de su aguda observación. Se encuentra en un campo despejado, donde puede explayar su particular visión y nos regala un momento. Es como un pequeño Aleph que te muestra lo que quieres ver, sin pretensión.


Gracias por tramitar, Fuera del área de servicio, Cuerpos perfectos y Sin pecados concebidas, muestran un submundo al que, de alguna manera, siempre hemos estado: el infierno en sus distintos escenarios. Remitiéndonos muchas veces a un Kafka en “El proceso”, Eduardo retrata con beligerante y eminente fiasco, las bejaniones a la que somos sometidos como ciudadanos, como amigos, compradores y alumnos. Son historias cargadas de un humor, que nos ensaña a intentar escribir nuestras anécdotas. Porque al final de cuentas, los cuentos parecen sacados de la vida misma del autor, y es muy probable que lo sean. Pero el lector no debe confundir y decir ¡hey! ¿No que era un libro de ensayos? Lo es, pero estos cuentos están cargados de ironía y humor que sirven de matizador para el libro. Al final de cuentas, la obra nunca pierde, mucho menos el lector.


Para finalizar esta humilde reseña encandilada por el dolor, terminamos con el epílogo, el brillante epílogo titulado ¿Sirve de algo escribir?, en donde, queriendo justificar su libro, nos termina dando una respuesta, tanto a los escritores, como a los lectores (principalmente a los amigos) del fin de la escritura, y por consecuente, de la lectura. Esa baraja de Rey, con un cuerpo y dos caras, una arriba y una abajo, como si fuera un reflejo de agua, y nos responde brillantemente, esa pregunta que nos hacemos, principalmente, los escritores: ¿para qué me sirve escribir? Es una respuesta, dirigida, no sólo a cualquiera que lo lea, sino a aquellos campechanos que tienen cierta incertidumbre de avocarse a una de las mejores artes inventada por el hombre: “…Escribir y leer nos rescatan de la frivolidad del mundo, de la masa consumidora de lo instantáneo, de la estupidez que rige nuestra realidad…”







2


Recuerdo que la presentación fue genial. No fue una de esas presentaciones llenas de solemnidad que refieren los viejos escritores académicos. Fue llena de risas, de anécdotas, de libros, de situaciones embarazosas: de LITERATURA. Sin dejar de enjugar mis ojos (“Enjugar” como dice José José) me despido así de uno de las mejores personas que conozco. De un caballero en toda la extensión de la palabra. Un hombre que siempre tiene una recomendación para todo momento. De un amigo que siempre está ahí, en los libros.


Ya son 5 años poeta, y ahora te toca ir a lo grande. A hacer tu maestría para ser un Maistro, y dejar de ser maitro. Es evidente que como escritor te va a ayudar a madurar, y de la mano, a madurar como persona, y no al revés (algo peculiar). La solemnidad se abre paso para que, detrás de ella vaya la cursilería cargada de momentos lacrimógenos.


Sí, el café no será lo mismo, como dijo Juanito, pero ¿qué será lo mismo? nada. Ya faltan dos días y se van esas risas, esos momentos alegres de compañero de vida. Ese escritor que siempre se sabe algo de lo que desconocemos, o que por lo menos, lo ha escuchado. Mismo que te hace sentir único cuando uno le enseña, o un libro o un disco o una película que Eduardo no tenía siquiera conocimiento.


Recuerdo que la primera vez que lo conocí fue en Las Puertas, cuando estaban en el centro. Antes de llegar a la cita de los Posmodernos, Juan Manuel me dijo que conocería a uno de las personas que más admiraba, y que criticaría con fiereza y objetividad mi cuento. Que no lo tomara a mal, porque lo hacía con una buena intención. Así llegué y me topé con un joven tres años mayor que yo, a lado de su novia (Gaby) una chica de pelo largo, lacio y con lentes. En contra parte, Eduardo tenía el pelo mulix (rizado como borrego) y también llevaba lentes. Ahí, en la reunión, se hablaba de libros, de obras, de todo lo referente a la literatura. Aún contenía cierta solemnidad. Un estilo tertulia de siglo XIX. Pero el ambiente se iba despejando con las anécdotas y las ocurrencias de Juan y de Héctor.




Ese día, JM le tocó llevar un cuento de otro autor que él conociese. Lo leímos, lo comentamos y lo discutimos. Las horas pasaron, yo era un extraño que se sentía acogido. Antes de despedirnos, Eduardo nos entregó un cuento suyo para que lo checáramos y lo comentáramos en la próxima reunión. A él le tocaba ese día. Recuerdo que lo leí y me pareció un muy buen cuento: “este cabrón es un profesional” me dije. Y me sentí defraudado de mí mismo. Recuerdo que el cuento era como una epopeya. Una persona que se enamoró de una chica loca que lo hizo hace runa serie de actos humillantes, pero con un humor sutil. Era muy bueno. No quise regresar por pena, pero me era imposible. Fui y quedé atrapado al comprometerme a llevar un cuento de algún escritor.


Desde ese momento, no dejé de saber de la calidad de Eduardo. Me decía a mi mismo, “si a él le cuesta mucho trabajo publicar un libro, qué carajos hago tocando una puerta atascada” Pero dejando correr el tiempo, me di cuenta de que no necesariamente se tiene que aferrarse a un sueño, por la simple razón de que llega a perder su encanto. Hay que buscarlo, pero con el mismo gusto y amor con que se escribe o se lee un buen libro.


Los martes serán discapacitados, Eduardo, y es tu culpa. Había encontrado un fin para esperar los inicio de semana y ahora serán sólo martes. Si algo de definición tiene “la Mafia de Huchín” es que tú conoces mejor que nadie, a todos los que compartimos tu amistad. Puedes decir cómo es cada uno de nosotros.


Las idas del trabajo al café, últimamente, me eran excepcionales. El saber que faltaba poco para que te fueras, me hacía ser ingenioso y comentar una sarta de ideas tontas y risibles. Quería que los momentos fueran los más placenteros posibles. Yo soy muy abierto, y no me cuesta decir que lo más importante para mí son mis amigos, porque mi familia, son mis amigos también. Y en cierto sentido, amigos y hermanos se me confunden y los términos salen sobrando. Porque me duele cuando un hermano se va, porque me duele la distancia que se hará. Vuelvo a lo mismo del otro post, en donde decía que sueno “muy” egoísta de mi parte el decir lo que siento. Pero todos los que me conocen saben que les deseo lo mejor a mis hermanos.


“Señor” (te digo como tú le dices a un amigo, como queriendo con esa palabra y ese tono que le das, resaltar el respeto y el amor que le tienes) vas a ser llorado aquí, y serás extrañado mucho. Porque lo único bueno que teníamos en Campeche se va para seguir su vocación, y aunque te vas un par de años, uno no puede valerse de la futura carrera brillante de un escritor brillante como lo eres tú, poeta. Tal vez después te vayas a Inglaterra, a ese mágico y hermoso país que adoramos ambos. O quizás, más modestamente, te quedes en Puebla, a asentar cabeza. Uno nunca puede saber.


Que te vaya bien, y cuídate mucho, Eduardo y no te olvides de nosotros, porque tú eres la cabeza de “la mafia”y es tu obligación el velar por nosotros. Sé que nos veremos en el Chat y nos contaremos las cosas que nos toca por separado. Quizá nos veamos en navidad, o en alguna escapada que te des para Campeche, o quien sabe, en una escapada de nosotros. Sigue escribiendo, y sigue siendo el mismo, porque sólo vas por anécdotas, para contárnoslas en el café. Estaremos esperando ansiosamente.







viernes, 24 de abril de 2009

Viejas canciones noventeras de viejas (¿dónde acabaron las viejas?)

Dedicado a todas las mujeres (hasta para aquellas que no saben que lo son)



Ya, lo diré abiertamente ¡He estado melancólico los últimos días! Lo sé, ese viaje con Radiohead me ha traído la malaria de andar recordando mi época de chicuelo. Y como dice Eduardo, es un síntoma del viejazo.


Hoy es un día que recordaremos canciones de viejas, hembras de los noventas. Aquellas canciones que pasan desapercibidas ante nuestro conteo, pero que cuando aparecen en determinada ocasión, siempre nos dejan con una risa en la cara, esa risa que nos da por sentado de que somos unos viejos llorones.


En realidad son canciones muy buenas, tal vez más de uno me llegue a joder por las canciones, o me gané el desprecio de más personas. O pierda el poco respeto que me había ganado, pero déjenme decirles que son canciones muy buenas y que nunca he despotricado contra ellas porque tengan cierto fresismo, porque hayan sido puestas en infinidad de películas de amor juvenil barato. Siempre las he defendido muy a pesar de las injurias que me lancen. Bueno, hasta aquí de la advertencia, seguiré con el post.

Dicho lo de antes, bienvenidos a:


Viejas canciones noventeras de viejas (¿dónde acabaron las viejas?)




Recuerdo muy bien la siguiente canción. La primera vez que la oí fue por ahí de 1997, en el canal Mtv. Llegó a ocupar el primer lugar por un par de semanas, mucho antes de que llegara la joya Ok Computer, con su portento de Paranoid Android.


Meredith Brooks. He de decir que la veía muy buena, era apetitosa, y más con su “I´m a bitch…”, era una invitación a romper el pantalón. Tiempo después, compré el cassette pirata de Now that´s what i call music vol 5 (que por cierto traía el Paranoid Android) y I´m a bitch era una de mis favoritas. Años más tarde, cuando me reformé, y supe que Radiohead era la mejor banda en el universo, viendo la película “Lo que ellas quieren” de Mel Gibson, salió la canción, mientras se pintaba las uñas. ¿qué habrá sido de Meredith Brooks? No he escuchado nada de ella últimamente. Bueno, les dejo la canción. Oh, esa época del Now…, cómo olvidarla. Hasta el 6 eran unas joyas, luego se fueron cayendo a pedazos. Han llegado hasta el 70 y cacho:



http://www.dailymotion.com/video/x2cnvi_im-a-bitch-im-a-lover-meredith-broo_music



Un año atrás, en 1996, otra mujer ya se había llevado nuestra atención, era nada más y nada menos que Sheryl Crow, y su tan inspiradora canción If you makes you happy. Recuerdo que cuando lo escuché, me quedé enganchado. Muy buena canción, muy buen ritmo. Tenía rock y algo de texano, campirano que se mezclaba muy bien. Me fulminó. Esa voz con agudos en el coro de “…Makes you happy…” era algo que le daba cierta fuerza sin tener que agitar la canción, la melodía de la voz lo era todo. Me llegué a enamorar de la señorita Crow (hasta ese momento) hasta que llegó el señor Lance Armstrong y su único guevo, aunque el chistecito no le duró mucho.

Esta canción se convirtió en un himno de las mujeres, y muy buena para serlo. Todavía, en los karaokes se frecuenta, aunque la tentación de perderse en el limbo está sobre su cabeza. Hay que darle más vida a esta buena canción:



http://www.dailymotion.com/video/x10v4u_sheryl-crow-if-it-makes-you-happy_music




The Cardigans. Lo sé, esta es una banda con una vocalista mujer, pero ¡qué vocalista! Sin salirnos del tono del post, pues es rosa como les dije, voy a saltarme aquel disco de My favourite game, que es muy bueno, creo que el mejor de la banda sueca, para darle paso al sencillo que se convierte en la mejor segunda canción ñoña (pero muy buena) de los 90´s, que es Lovefool. Esta canción la confundían mucho (yo lo seguía haciendo hasta el 2000) con la de la siguiente banda.

Es una canción muy utilizada en películas de comedia romántica, donde jóvenes muchachos con pelo engomado y relamido, y dulces y tiernas muchachonas nos dejan moqueando cuando se besan mientras se escucha esta hermosa canción.

Lovefool se convirtió en la carta de recomendación de The Cardigans, y fue muy bien recibida por la radio británica. Digamos que es una canción sencilla finamente gasificada de cursilería. Muy buena canción. Excelente video ¡Cómo extraño esta banda! ¡Cómo extraño ese tiempo!¡Me recuerda cuando tenía 15 años! Ya me tocó, saldrá un cuento de esto:



http://www.youtube.com/watch?v=MuQ0AQ7YWS8

¡Ah! Qué bonito es recordar. Bueno, la siguiente canción es la número uno de la ñoñes, pero repito, es muuuuuuuuuuuuy buena. Creo que aquellas canciones que te dejan un estrago de melancolía tienen mucho mérito. Kiss me es el pináculo de lo cursi, pero gusta tanto a las mujeres como a los barones. Muchos de mi generación estarán de acuerdo de que esta canción marcó definitivamente la vida amorosa de nosotros en la secundaria y en la prepa. Kiss me es muy cursi y salió en infinidad de películas romanticotas. Pero a pesar de su aparente acartonado tema, la música se mete en tu piel y te paraliza, para que las mujeres te puedan hacer esos cariñitos que te apenan y que no dejas que lo hagan enfrente de tus amigos.

Sixpence none the ritcher es una banda de un solo éxito, bueno, dos, con la canción there she goes, pero no me gustó en lo más mínimo, y no tuvo la valentía de conquistar a los metaleros, como lo hizo Kiss me. Esta canción es también de 1997 (Creo que el post sería canciones del 97, muy buen año, por cierto) pero pues se joden y escuchan esta buenísima canción. Yo aún las escucho, no sólo esta, sino todas:



http://www.dailymotion.com/video/x11jxd_sixpence-none-the-richer-kiss-me_dating


Que pasen un bonito y melancólico fin de semana.


jueves, 23 de abril de 2009

Día Internacional del Libro: Charla con los grandes aún no tan Grandes.

Hoy es día internacional del libro y no puedo dejar de decir que me parece una mamada estar publicando post sobre qué libros nos gustan, cuál recomendamos y cuál no (aunque este último no lo hacen porque ¡Vamos, es su día!). ¡Me caga!


Pero para no hacer sorna de esta mamada y no digan que soy un grinch con infección en la orina (¡Que sólo fue un día y ya se fue!), haré un post sobre aquellos libros clásicos, como si hoy en día los publicaran. Porque hay que ser justos, Ni Homero, ni Dante, ni anónimo, pudieron gozar las mieles de una buena crítica lame huevos como las de hoy en día (dígase Wall e, Crepúsculo (el libro), Harry Potter (libro y película), etc). Y hoy le daré gusto a Cervantes y le lameré las bolas como si fuera una paleta de la chilindrina, tanto así, que me dará sapes con su mano encogida. Espero les guste.



La Ilíada.



"Yo quería que la portada fuera Brad Pitt vestido de Aquiles. Aunque ya no lo pude ver en al película, estoy seguro que se veía muy bien. La última vez que pude ver a Pitt fue en Entrevista con un Vampiro. Es muy guapo". - Homero.


Hoy en día no se hacen libros tan significativos. Pero los Dioses se dan su tiempo, y los astros son propicios, siempre sale una joya que se encarga de hacernos hermoso el viaje hacia el Tártaro. La ilíada es un gran libro que no se deben perder. Dentro de todos los nuevos libros que salen hoy, La ilíada se yergue entre la mierda para perderse en el olimpo. Homero es uno de los grandes escritores que ha dado la tierra. Al entrevistarlo nos topamos con un viejo, ciego, con barba, muy parecido a Sean Connery, amable y muy conversador. Al preguntarle sobre lo que quería lograr con su obra, nos dijo que sólo era el placer de contar una historia, como un hecho. “La verdad es que es un poema largo. La épica siempre me ha parecido un género encantador, en donde realza al hombre, porque canta cómo ese hombre es llevado hasta los confines de su existencia y siempre pone su pecho Duro y bien formado”. Le preguntamos sobre los rumores que se han esparcido acerca de si es homosexual y nos contestó exaltado “y si lo soy qué. Eso no demerita mi trabajo. El día en que mi sexualidad rebaje lo que escribo, entonces pensaré en bailar como loca por las calles (soltó carcajadas)”. Al preguntarle si era gay, nos respondió “no, eso es una pregunta maleada e incompleta. Podría decirse que soy un heterosexual que no teme en exaltar y sublimar la belleza del hombre. ¡Como un Whitman!”. Le preguntamos sobre los rumores del mismo Whitman y contestó “no sé si lo sea, en todo caso, olviden mi comentario (Y rió nuevamente)”.



La iliada es un poema épico que narra las hazañas de Aquiles. Pero sería un error decir que sólo se limita a un personaje, pues hay una constelación de personajes bien delineados, con profundidad en su psique, misma que le dan un toque inmortal a la obra. Desde el soberbio Agamenón, pasando por el astuto y humano Odiseo, y el leal Ayax Telamón (El grande), hasta llegar al profuso y pobre mortal de Héctor. Esta obra se perfila para recibir el premio Nobel de literatura. Homero, su autor nos comentó algo que a sus fans les encantará: “Es verdad, estoy trabajando en una nueva obra que “Canta”, y no cuenta porque se me hace menos respetable que el canto, las peripecias que el héroe Odiseo tuvo que pasar al volver a su tierra. Será un poema épico, pero ya no se centrará en la guerra, sino en la aventura. Abordaré la épica desde la otra perspectiva, porque muchos confunden términos. La épica no sólo trata de la guerra.” Y se quedó callado como si viera la nada.


Entrevista tomada del “Diario Argonauta Dorado”




El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (Parte I y II)



"La presentación es un churro. La nariz parece un chile dulce. No lo entendí. Fueron locuras de la editorial. ¡Esos cabrones!".- Saavedra.



¡Qué obra más entretenida! Dice uno cuando empieza a leer El Quijote. Y después de reírse de las locuras del personaje, de burlarse de Sancho y su ingenuidad, uno se encuentra enamorado de la gran pareja que hacen.


Cervantes es un español “poca madre” diría un mexicano. Es ingenioso, hilarante, lleno de vida y con ciertos ataques de locura. Pero en los momentos en donde el silencio es parricida, sabemos por sus ojos centellantes, que nos odia, convirtiéndolo en un megalómano despreciable. Tal vez por su amor por el teatro.


Al platicar con él nos dice que no quiere preguntas sobre su vida personal, que todo está dicho de él. “Esta mano que vez (mostrando su mano izquierda disminuida, misma que perdió movilidad en la guerra de Lepanto) me costó por ser tan abierto. Un combate, una herida me hizo reflexionar sobre ello. Ustedes no merecen más que esto (y nos mostró su mano izquierda, y con la otra bajaba sus dedos de la zurda, dejándonos ver su dedo medio)”.


El Quijote es una obra suprema. Empieza con un humor “ingenioso” lleno de simbolismos y claves que el lector más avispado agradecerá de sobre manera. Pero lo primero que salta a la vista, es el español antiguo con que fue escrito. “Quería reformar el español, sí, sé que sueno muy egocéntrico, pero creo que una deformidad más al español no mata a nadie. Por eso, uno no podrá saber a qué se refieren los Duelos y Quebrantos, por más que se relea La Real Academia de la Lengua. No es para cualquiera”. Pero en realidad, cuando empieza a leerlo, uno se mete a la narración, y no hace falta saber a qué se refiere “los duelos y quebrantos”.


Los personajes son bien delineados y con rayos gigantes de humanidad, que hacen que el lector sienta cierta ternura por ellos, se hace amigo de ellos. El Quijote tiene errores, como obra y como personaje. Yerra porque es humano, tanto Saavedra como Alonso Quijano. “Pues sí, esos errores son fatales pero ¿qué quieres que haga? Esta mano no me ayuda en nada. Ni para el paso de la muerte me sirve ( y simula el acto de la masturbación)”.


El Quijote cimienta fuertemente las bases de la novela moderna y en poco tiempo de haber salido, ha vendido millones de copias, y no sólo eso, sino que se ha convertido en una de las obras más representativas. “Sí, creo que mi novela será la ganadora del Nobel y su millón de dólares. Pero no me importa, tengo diez veces más que ese premio. Por eso he programado mis vacaciones para ir a las playas latinas y conocer chiquitas”. Señor Miguel, ¿qué le diría a todos, hoy que es día internacional del Libro? “Que compren y lean mis libros ¿qué más les puedo decir? Si no, que se jodan. Por cierto, Corín Tellado se murió una semana y media antes del día del libro ¿qué mejor regalo podíamos tener? Voy por chiquitas. Voy por mamitas como Maribel Verdú qué culo tiene la maja esa (ríe a carcajadas y se levanta. Por un momento es Alonso Quijano).


Entrevista tomada de la revista “La Mano que mece los libros”




La Divina Comedia.



"Fui vestido a la antigua y como se pintaba el rostro en 1200. Fue idea de Mónica. Le debo mucho esa idea. Fue genial. El dibujo estuvo a cargo de mi amigo Doré." .- Dante





Dante es un escritor que promete ser uno de los mejores escritores del universo. Con un par de obras bajo el brazo se ha consolidado en el arte de las letras. Esta última, La Divina Comedia, ha levantado cualquier cantidad de elogios para el autor. Y muchos críticos han tomado a Beatriz, como uno de los personajes pilares de la literatura. Al preguntarle a Dante de Alighieri sobre su personaje, este se limitó a contestar “ es un amor que duele. Sí, la persona en que me basé nunca supo que la amaba. Soy un perdedor. Lo sé.”


Con siete matrimonios encima, a Dante se le ha visto últimamente con la actriz Mónica Bellucci, que está casada con Vincent Cassel “Es una amiga y nada más. Cómo creen que engañaría a mi amigo Vincent. Sí, ella es muy guapa, pero yo soy un viejo de 56 años, y siento que moriré de un momento a otro. Y no, no especulen nada, Beatriz no es Móniquita.”. Al preguntarle sobre las fotos tomadas por la revista Hola, en donde se ve a la actriz italiana con el escritor en Ibiza, se limitó a decir “ ¡Por dios! lo que ustedes quieren es que nos pelemos yo y Vincent. Nos encontramos, es todo. Ella tiene 44 años y vive feliz con su esposo, yo sólo soy un amigo. Prefiero hablar de mi obra si no es mucha molestia”.


La Divina Comedia se presentó por partes, algo nada inusual hoy en día. “Sí, veo que obras de años anteriores se han reeditado por partes y eso me gusta. Como que vuelve a lo de antes. Y me da alegría ver cómo obras cumbres como El señor de los anillos y las nuevas como Harry Potter, son esperadas con ansias. Yo me tomé mi tiempo y presenté mi obra por partes, pero discutiendo con mi editorial, logré que cuando la última parte (El Paraíso) fuese presentada, estuvieran las otras dos partes en el mismo libro. Lo conseguí”.


Y es que no es para menos. Con una poesía de la más alta calidad, La divina Comedia se nos presenta absoluta, viva. Con marcos tan tétricos como los círculos del infierno. Con diálogos que se tatúan en la piel y nos emocionan hasta el hueso. Virgilio es sacado desde las tinieblas, es revivido para que gocemos de uno de los poetas máximos “Sí, Virgilio, un gran amigo. Murió hace 10 años y aún lo extrañamos. Últimamente es olvidado y es una pena, porque es uno de los mejores poetas que ha dado el arte. Tengo la suerte de contar con grandes amigos. De hecho, el título de mi obra se lo debo a otro amigo mío, Boccacio, que está preparando una obra sobre mi vida. Se lo agradezco en el alma”.


“La divina comedia” es un poema teológico para algunos, épico para otros, rico en descripciones, en momentos y en simbolismos, tanto así que se convierte en un poema que puede tener varias lecturas. Para algunos críticos, se trata de un poema alegórico: “Sí, lo es. ¿Qué poema no lo es?—nos dice Dante. En cierta medida, cada obra es un lastre de la vida de uno. Un escritor levanta ese lastre y lo hace lo más decoroso posible.”


Entrevista sacada de A! entreteniment.



Tengo Piedras o cáncer





¡Son piedras! Dije cuando no podía orinar. Me había cepillado los dientes, me había lavado las manos y me disponía orinar para acostarme a dormir.


¡Seguro son piedras! Dije. Eran las 3:45 de la mañana del domingo. Mussgo me había dejado en mi casa, después de la fiesta de Eduardo.


¡Me arde el pito! Me dije y temí de la existencia de piedras en mis riñones. Chino me había platicado de sus experiencias, pues él sufre de este mal, y recordé exactamente el momento cuando le pregunté lo que sentía y si le dolía: “Es como si quisieras orinar, y no puedes. Al esforzarte, sientes como si estuvieras haciendo pero no sale nada. Es desesperante. Sí, duele un chingo”


Todos los síntomas estaban ahí, sólo que no me dolía tanto como el Chino me dijo. ¡Son piedras, estoy completamente seguro! Y en ese momento, empecé a orinar. No fue la cantidad de orinada como lo pedía mi vejiga. Sí era considerable. Pero pienso que fue como el 70% del total. El color era un amarillo Zuko de piña, así de espeso. Me alarmé.


Me acosté en mi hamaca dispuesto a dormir, pues tenía que trabajar al medio día, pero mi mente estaba en total libertad de debatir lo que había pasado en el baño. “A lo mejor no son piedras. A lo mejor es algo que comiste o tomaste” Me dije, y repasé lo que había hecho el sábado:


Me levanté a las 11:45 AM para entrar al chat y ver a unas amigas para una cita el domingo (Janet, Nayeli, Karla). Desayuné unas empanadas de queso que mi madre hizo. Ayudé a un amigo a hacer un trabajo. A las 12 me llegó un mensaje de si quería jugar futbol. Era de Román, el novio de Janet. Respondí que sí. A las 5 pm era la cita. Fui. Jugamos futbol. Al primer sprint, sentí devolver el empanizado y el espagueti que mi madre había preparado para el almuerzo. Después de descansar un rato, seguí corriendo y jugando. Esta vez un poco mejor. Aún así, la falta de condición hacía que aventara el bife. Cuando ya había sucumbido la tarde y la noche estaba trepada en la ciudad; y cuando estaba tirado en el piso como un perro, en las gradas, pregunté qué hora era “9 pm” me dijeron, y en ese momento me levanté y pedí de favor que me llevaran a mi casa, pues la fiesta del Eduardo estaba citada para las 9:30 pm. Me llevaron, y en el camino, nos paramos en el Oxxo para comprar aguas. Compré un agua mineral Bonafont Era más por la presentación de la botella que era alargada, con cuello de cisne y de color naranjita. Era agua “finamente” gasificada. Estaba buena.




Llegué a mi casa. Dejé mis cosas. Me quité las zapatillas. Terminé mi agua. Me metí a bañar. Salí del baño. Me vestí. Cargué mi mochila. Me perfumé. Salí de mi casa. Eran las 9:40 pm. Caminé hasta “la Comer”. Me encontré con Eduardo, Norma y Olguita. Me subí al carro. Llegamos al local. Tenía sed. Estaba dando el Ortegazo Bernés...




...pues mi cuerpo aún soltaba su grasita por el juego. Fuimos a comprar las pizzas. Las pedimos. Regresamos. Saludamos a los que habían llegado. Mussgo había llegado cuando estábamos saliendo por las pizzas. Flor perdió su cel. Le marqué a su celular para ver en dónde estaba. Sonaba. Después, como que colgaron. Volví a marcar y ya no entraba la llamada: “Flor, lo dejaste en el taxi”. Se lo chingaron por tercera vez (con celular diferente). Llegaron las pizzas. Nos agandallamos. Le entramos a las botanas. Las estocadas totales que recibió mi cuerpo fueron: Tres pedazos de pizza (Dos hawaianas y una de pepperoni); y un poco de sabritas Chips jalapeño. Me chingué como cuatro vasos de refresco en toda la noche (dos de coca y dos de Fanta). Conversamos entre grupos. Llegó la camarilla Solís. Ya estaban medio zombis. Ya tenían varias mordidas encima. Los shorts y chanclas del Rodro lo delataban: había estado en una piscina. Conversamos entre todos. Saludé a Nando Rubio. Saludé al hermano del Rodro (Coco). Nando me pidió un cigarro. No tenía. Me dieron ganas de fumar. El Mussgo me facilitó unos. Me chingué un agüita mineral. Conversé con Laurita. Conversé con Flor. Rodrigo hizo su escenita de borrachín. Lo grabé. Le tomé fotos. Me sorprendió grabándolo. Ya era tarde. “Esta madre va para pildorita. Para que vean todas las viejas el ridículo que hiciste” le dije. “De ninguna manera. Dame acá lo borro”. Me dijo. Yo me resistí. “no es cierto. Qué madre. Súbelo. Hay la libertad”. Me dijo. Pero 30 minutos después me dijo que no lo subiera. 2 después me dijo que no era cierto. El alcohol ya se divertía con su cabeza.





Eran las 3:00 AM. “Flor, yo me voy en media hora ¿y tú?” “yo también”. Nos sentamos a tomar aire, porque había un calor endemoniado. Mussgo había regresado a la batalla, después de haber llevado a su novia a su casa. Estaba también, tomando aire. Una riña entre Malavé y Rodrigo a lo lejos. “Se van a agarrar a madrazos” me dijo Flor. “Sí” avaló Mussgo. “No, siempre es lo mismo. Están pedos y ahí aprovechan para decirse sus verdades” les dije. Ya me sabía ese Listplay. Rodrigo llegó y nos invitó a Chupis. Yo decliné caballerosamente. Él insistió. Yo decliné porque tenía que trabajar el domingo. Flor aceptó. Nos despedimos. Se fueron. Mussgo me preguntó si me iba. Le dije que sí porque ya era tarde. Entré y me despedí de todos. Le di un fuerte abrazo al Poeta (Eduardo) y le dije que no se iba a ir. Que se iba a quedar. Se rió. Salí. Mussgo me echó el ray a mi casa. Le agradecí. Me despedí. Entré a mi casa. No puede orinar. Y estaba en mi hamaca pensando lo que me hizo mal.


¡No mames, es cáncer de próstata! Tenía 27 años, y aunque mi edad no es apto para esa enfermedad, he oído que sí hay casos de hasta 25 años. ¡Eso era! No podía orinar porque mi próstata estaba inflamada. ¡No mames! ¡Voy a quedar calvo! ¡Voy a morir joven! ¡Voy a morir de dolor!


Puras pendejadas piensas. Es evidente que está divagando tu cerebrito, me dije. Está claro que no tienes cáncer de próstata. Es algo que comiste y te hizo mal. A lo mucho, lo que tendrías es una infección. Pero no cáncer. Además, si te das cuenta, no paraste desde que fuiste a jugar futbol. Estás cansado. Hasta ahorita estás descansando en tu hamaca. Eso también influye.


Algo raro sentía en mi vientre. Me dieron ganas de volver a orinar. Me paré, fui al baño y me costó trabajo expulsar un chorrito. Me ardía el pito. No mucho, pero sí que ardía. ¡No mames! Sí es cáncer.


Me acosté y mi mente empezó a divagar en una realidad alterna al de las 4 de la mañana. Me veía pelón, flaco, moribundo. Con el dolor en el rostro. Me veía con la marca de la muerte en la frente, como si fuera mi sello de caducidad. Me veía solo. Triste. Y haciendo cosas por última vez. “Puras mamadas” me dije, como queriendo sacudir las jaladas de mi cerebro. “Tengo que distraerme para que me duerma. Si no, no me voy a levantar mañana”. Puse Friends, como lo he venido haciendo. Ya estaba por la temporada 5. Me chuté dos episodios. Dentro de esos, el de la primera pelea de Mónica y Chandler, en donde Chandler, para arreglarlo todo, le pide a Mónica que se case con él. Entonces esta le dice tiernamente que no lo debía hacer por eso. Apagué la televisión y la dvd. Me disponía dormir. “Coño, no es cáncer. A lo mucho tengo piedras en el riñón”. Y el eco del Chino diciendo “duele un chingo tu poyo” retumbó en mi cerebelo. Me va a doler. Y, además, me van a tener que meter una sonda por la uretra. Eso sí que ha de doler. Me ericé.


Me dieron ganas de orinar por tercera vez. Me levanté y costó trabajo orinar. Fueron unas gotas. Pero siguió ardiendo. “No, sí que tengo cáncer” me dije cuando volví a la hamaca. El insomnio otra vez. Estuve apunto de levantarme para investigar los síntomas del cáncer por el Internet. Pero me acordé que mi módem estaba en la sala de mi casa. Me quedé en mi hamaca. Tenía que saber sí era cáncer o piedras. Qué puedo hacer. “Es arenilla que impide la orina, o es mi próstata inflamada” tenía que saber. Y en la divagación , hice mi opinión científica. Pensé, seguramente, los cálculos renales impiden la orina, el cáncer de próstata, además, impide la eyaculación. No sabía si estaba en lo correcto, pero en ese momento me parecía una opinión muy sustentada. Avalada por los mejores científicos y el Dr. House. Estaba claro, si no podía eyacular, era cáncer de próstata seguro, si eyaculaba eran solo piedras.


Entonces mi respuesta estaba a la alcance de mi mano,, y me dispuse a averiguar lo que le pasaba am i salud. Era un caso de vida o muerte. No podía vivir esa noche si no sabía qué le pasaba a mi pito. Entonces me dispuse a una chaqueta. Por primera vez era con un fin propedéutico. Pensé en poner un video porno para ayudarme de ello, pero no había tiempo para tanta ceremonia. Eran las 4:40 Am y necesitaba una respuesta pronto. Entonces se lo dejé a mi mente y a los recuerdos. Ya estaba listo. Empecé a imaginar cosas que no detallaré, ya que puede ofender a algunas mentes y personas. La imaginación puede herir de muerte. Entonces vi que daba resultado pero no el de siempre. Entonces lancé la caballería, algunos recuerdos de sueños eróticos. La cosa iba mejor. Fue el momento para lanzar la artillería pesada: los recuerdos. Waterloo era nuestro. Pero cuando iba a llegar al momento cumbre, no más no pude. No puede. Era la primera vez que me ocurría eso. Metafóricamente lo puedo describir como cuando metes la llave a tu carro, le das un arrancón, y enciende, pero de repente empieza como que a atragantarse el motor para después apagarse. Encendía y encendía el motor, y cunado quitaba el freno de mano, se apagaba. ¡No mames! Me dije. Entonces volví a hacer la misma operación un par de veces y tenía el mismo resultado. ¡no mames, es cáncer!. Entonces forcé el motor. Me valía que se rompiera la caja de velocidades y el arranque. Los falsazos entre recuerdos, imaginación y sueños pasaban más rápido en mi cabeza hasta que por fin solté la respuesta. Waterloo había sido conquistada por otro, pero Napoleón había ganado en esta ocasión. Eso era suficiente para mí. Sonreí. Y me dormí.


Si mi día había sido viciado por las primeras horas del domingo (un debate el decir cuándo terminó mi día y cuando en realidad acabó el sábado), era de esperarse que mi sueño también estaba contaminado ¡Y así fue!

Soñé que estaba entubado y pelón, en el hospital “Manuel Campos” que se encuentra ubicado cerca de mi casa.


Me veía moribundo en una cama de dicho hospital. Estaba rodeado de mis amigos, Eduardo, Tino, Rodrigo y Juan Manuel; este último, con lágrimas en los ojos me recriminaba “No puedes morirte”, me lo decía con dolor en la voz. Los demás estaban con rostro desencajado. Ya estaba puesto que iba a morir en poco tiempo. “Voy a juntar tus escritos y voy a publicar un libro tuyo”, me dijo JM, y yo le dije “Quema todo lo que haya escrito” he de declarar que era más por un acto de ego, “Como Kafka” le dije y todos simularon una sonrisa. “Nos vemos, te dejamos para que descanses” me dijeron y se fueron. Yo sentía que no podía quedarme así. Después entró Flor. Me saludó y no recuerdo qué platicamos. Eran mis últimos respiros. Tal vez un mes era demasiado. “Cásate conmigo. No me quiero morir sin antes haberme casado. Pensé en ti porque eres una de mis mejores amigas, y sé que me entenderás” La verdad estaba amordazada por estas palabras que salían de ese yo alterno. La verdad es que quería más la luna de miel que el hecho de estar casado. Era una petición maleada. Era un chantaje monstruoso. “Está bien” me dijo para mi sorpresa. Yo sonreí de contento. Ella sonrió con ese bello gesto que desbarata, al verme feliz quizá después de tanto tiempo de verme sufriendo (no sé cuanto tiempo estuve moribundo, el sueño no me dio para saber eso). “Ya está.”dije. Preparé mis expresiones faciales para mostrarle un gesto de agradecimiento eterno, me costó trabajo porque estaba contento de que iba a ser presa de las artes amatorias de Flor. “Muchas gracias. Te estaré agradecido el resto de mi vida y el resto de la otra” le dije, tomé su mano y la besé. “gracias” dije en susurro, como demostrando que no importando estar moribundo, tenía un aliento de agradecimiento. Me vio con ojos tiernos y sentí calor en mi cuerpo. “Me tengo que ir. Prepararé todo. Cuando regrese vemos los tiempos ¿ok?” me dijo y yo asentí.


Salió. Detrás de ella, entró Laura Baeza. Amagué un rostro moribundo, el mejor de mi repertorio. “tengo algo que pedirte, Laurita, ven, acercate” y le pedí lo mismo que a Flor. Y después vino Janet, Nallely, Karla, Lilybet, Gaby, etc. Y le pedí lo mismo. Me desperté, y después de haber dejado el Limbo, me dije “soy un monstruo”. Pero era un sueño. Era evidente que la fiesta, la charla con Flor, con Laura, con Gaby, aunado al episodio de “Friends”, el pensar que tenía Cáncer de próstata, y los recuerdos e imágenes eróticas, habían hecho una mezcla atroz, dando como resultado ese sueño tan peculiar.


Me acordé del “Cáncer o Piedras”, me fui al baño a orinar y lo hice sin mayores problemas. Sólo había ardor. Pero nada más. “fue algo que tomé o comí”, me dije. Se había esclarecido el problema, ya en la tarde, cuando se había disipado el ardor.



Pronto, lo que pasó en la fiesta de Eduardo...


martes, 21 de abril de 2009

¿Quién cuida mejor, un soldado europeo o uno mexicano?



El siguiente videito es gracias a TINO, como siempre nos comenta videos chingones para que se los pirateemos digamos que somos nosotros los que encontramos sendas joyas.

Aquí les traemos un video de la diferencia de un soldado inglés (aunque otros dicen que es noruego, dejémoslo en Europeo) entre uno mexicano. Vean la preparación y la idiosincrasia de cada uno y voten por el mejor. SPOILER: Definitivamente nos cuidan mejor los mexicanos. Verdad de Dios.



http://www.youtube.com/watch?v=tLrZuIgZSJQ


Y por último, si así es nuestra milicia, (Vean video) imaginen cómo serán los capos que han atrapado nuestros militares.


http://www.youtube.com/watch?v=b2Nsr0s94aI