Quiero agradecer furtivamente (¿qué es furtivamente?) a P por la nota.
De nueva cuenta, un estudio sobre las mujeres, parece ser que ya encontramos el camino para entender a las mujeres. A este paso, antes de terminar este año ya tendremos todo un manual de la mujer.
Ahora, hombres (y mujeres) esas palabras que significaban una genial noticia “Estoy en mi mes”, ya tendrá una connotación también de horror. Pues se ha descubierto que días antes del periodo, las mujeres son propensas a comprar como unas locas en brama (cheque usted lectora que no utilicé la imagen de una perra).
Un estudio del Reino unido descubrió que en los 10 días previos al inicio del periodo menstrual, las mujeres son más propensas a hacer compras compulsivas y extravagantes.
En un número de 443 mujeres fueron cuestionadas sobre sus compras, 153, quienes estaban en la última etapa de su periodo, mostraron una tendencia a despilfarrar el dinero. "Los gastos fueron menos controlados, más impulsivos y más excesivos en aquellas mujeres que se encontraban en los días inmediatamente previos a su periodo", señaló la doctora Karen Pine, de la Universidad de Hertfordshire, quien condujo la investigación. ¿Vieron? Una mujer fue quien hizo la investigación, así que no me vengan con mamadas de machista.
Una explicación más profunda (hecha por la mujer de arriba), dice que las mujeres tienen una tendencia a gastar. Suele ser una reacción a las emociones intensas. Ellas se sienten estresadas y deprimidas, y son más propensas a salir de compras para animarse a sí mismas y esto lo usan para regular sus emociones.
Entonces, los perjudicados, lo pobres hombres. Ya que si lo ven, pasa lo siguiente. “Amor, tengo mi mes”, “no me importa. No me da asco”, "Pero a mí sí”;“¿entonces es semana del culo?”, “Ay, no. Duele.”;“¿Y qué hacemos?”; “Besitos y juegos”; “Coño”. Y ya después, al otro día. “¿Te sientes bien, amor?”, “mm(con cara de mierda)”, "¿qué te pasa?”; “Nada”. “No, sí que te pasa algo”; “Que no”. “Pero si se te ve en la cara” “¡que no!” Y ya sola, le da por comprar. ¿Y de quién creen que agarra el dinero? Si, hombres, adivinaron. Y así tenemos a un hombre jodido por tres flancos: con la pinga parada, cagoteado y con una deuda del demonio.
Por eso, cuando sus viejas digan que no, una mentada de madre, salgan de la cama, muéstrenle el dedo de en medio, agarren su tarjeta de crédito o su dinero, y vayan con una puta, o en su defecto, una amiga de su vieja, total, es lo mismo.
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