martes, 27 de enero de 2009

Gatos por liebres


No pues, este fin de semana me la pasé de a Madrazo.


¿Por qué?


Fíjate que me fui al bar con unos Chentes. Y después de un rato, que le echo ojitos a una vieja. Estaba bien buena. Que me la ligo y empiezo la plática, y no más abre la boca y no, no, no, no. Estaba bien Sarah Palin. Y que me la quería llevar, pero su amiga no la dejaba.


¿Y su amiga estaba bien?


No, que madre, estaba bien Elba Esther. Daba ñáñaras. Pero al final de cuentas, para no hacértela de Obrador, me llevé al hotel a la que estaba Palin. Entramos, y empezamos las diputaciones. He de admitir que tenía buen curul. Y que ya entrados en la enpelotadera, me pregunta que cuántos años tengo. “27” le digo, y que me dice, “uuuy, estás bien Peña Nieto, y que le digo, estaré Peñanieto pero no Ortega, y que la agarro, la beso. Ahí empezó la campaña. Ella ya estaba bien Nordhausen,a punto de turrón, y en un momento inesperado, que me agarra el PRD. Para ese entonces, eso ya estaba bien Barack Obama. Ella me vio con desconcierto, vio mi PRD, lo agarró y me dio un Sarkozy. Después le eché el ojo a su Kirchner, estaba rasuradito, y le metí los dos primeras diputaciones, ella gimió de gusto. Me encantaba cómo me hacía el Sarkozy. Y que me dice “Dame de una vez.” Y que se la dejo caer de a Salomón. Ella deliraba. Me movía como un Hurtado con sal. Ella me agarró las Bernés, mientras que yo se la Méndez Lanz con enjundia. Pero lo mejor vino después.


Qué pasó.


Pues que en el momento en que yo estaba bien prendido, que me separa, me agarra el PRD, que estaba bien Barack y me dice “Dame por McCain.” ¡Y que le doy por McCain”. ¡No gritó ni se quejó! ¡Le di por McCain!


¡No mames!¿Así te lo pidió? No te creo.


Te lo juro así me dijo.


Y luego que más pasó.



Pues nada, seguimos toda la noche. Nos echamos Tres Alitos y un Panchito Brown.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Órale, se nota que estamos en época de elecciones y ni la putería y mala maña se peuden salvar.

Saludos!!!

wilberth herrera dijo...

jeje, es verdad. pero ya ves, las palabras no son las malas, sólo el contexto. Un saludo