miércoles, 20 de febrero de 2008

La chaqueta mental

La metáfora constituye un grado alto dentro de la creación literaria; y por su antigüedad, es imposible percibir en que tiempo se pudo inventar. Pero la metáfora no es exclusiva de la literatura, sino también de nuestra habla cotidiana. Quién no ha utilizado una imagen diferente para esclarecer una idea.

Coincidiendo con la cotidianidad del habla, un día me encontré con un amigo muy pensativo. Sentado en las gradas de la cancha de fútbol, interrumpí su meditación “¿Qué haces?”le pregunté “Nada, una chaqueta mental”. La respuesta me pareció de lo más común, nada que no haya escuchado antes. Sin embargo, en la huevonidad de mi hogar, me di a la tarea de saborear dicha metáfora, como todo un Borges: “Un chaqueta mental”

¿Qué encierra dicha metáfora? ¿Por qué entendemos con gran claridad cuando uno dice “Estoy chaqueteándome mentalmente”? Y es que “chaquetear” es otra metáfora, cuando aludimos a una masturbación, que a su vez también llegamos a decir “Una masturbación mental”, pero “Chaqueta” es más convincente y posee más fuerza melódica que la infinita “Mas-tur-ba-ción”. Además, esta última llega a ser más despectiva que la primera: “Deja de masturbarte mentalmente y has tu tarea”

Podemos coincidir en dos cosas: una, que la “Chaqueta mental” es una de las metáforas de barrio que más arraigada se encuentra al pueblo; y que “Chaquetear” responde a un acto humanamente, tanto voluntario, como involuntario.

Veamos algo de historia de la metáfora. La “Chaqueta mental” es una creación nueva, y de autor anónimo. Pero esta expresión proviene de una tan antigua como la edad media, que es “Hacer castillos en el aire”; en donde se puede notar la influencia que se vivía en la literatura de la caballería y los castillos esplendorosos. Otra expresión que todavía se usa es “Está tragando rebanadas de aire”, en donde la pobreza y el hambre que se vivía en la España del XVIII se hacen notar, gracias al estancamiento y decadencia que sufría dicho país. Hay una cosa en común en las expresiones metafóricas anteriores, la necesidad. Ambas metáforas son de origen europeo y demuestran una gran necesidad, y por consiguiente nos indica que son origen del pueblo. La “Chaqueta mental”, aunque se refiera a lo mismo, no demuestra una necesidad. Yo diría que es lo contrario.

Degustemos un poco de la expresión. El proceso de imaginar es tan íntimo y subyacente, que el acto se vuelve una conspiración para la realidad. Eso provoca que la intimidad sea personal, por tal, no se debe interactuar con el público, como la masturbación. Impedimento que es ocasionado por la misma sociedad que ven, como un acto ocioso, el que dos personas imaginen cosas que no son. El imaginar concentra toda una afinidad con la masturbación, pues la mente es jalada con erotismo causado por las ideas, que no son motivadas por un exterior inmediato, es decir, no son ideas provocadas sino provocadoras; que al final decantan en una eyaculación cerebral. La “Chaqueta mental” es como el abono de la mente, para que sean sembrados los gérmenes que constituirán el pensamiento individual.

Como antónimo de dicha expresión, y no por significar lo contrario sino por ser su contrario, está la expresión “Una mamada” Si tú das a conocer un resultado de la “Chaqueta mental”, y la persona que lo recibe no se siente compenetrado con la idea, acaba con dicha operación fecunda con “Es una mamada”. “Una mamada” constituye la expresión que contrarresta “La Chaqueta mental”, pues con esa expresión deja en claro que es una pérdida de tiempo que no merece más atención que una felación mental.

¿Por qué la “mamada” es un calificativo negativo, si es uno de los actos sexuales más deseados? No existe aún una relación entre “una mamada” y la negación. Una especulación sería: el acto de que un hombre (género) mame un falo. Esa negativa podría ser de “Eso que pensaste es como si mamaras un pene, del cual no comparto ese gusto, pero al parecer tú sí, y por dicho gusto eres un homosexual” Como se puede ver, “ una mamada” es una expresión despectiva. Su núcleo es el de “humillar” diría Octavio Paz; yo diría que es más un intento de “violación”, que de humillación.

“La mamada” es un acto puramente humano, así como “La Chaqueta mental”, pero a diferencia de esta última, la primera puede ser un calificativo. El mamón constituye uno de los antagonistas de la vida de un “hombre respetado”; y como ser respetado es una aceptación social que todos anhelan, el mamón puede ser cualquiera, tanto un compañero de trabajo como un familiar. El mamón puede ser una persona que dice puras incoherencias o incluso puede ser alguien antipático para ciertas tareas: “Vamos a un table” “No, es que no puedo” “No seas mamón”. Un mamón es un tipo de persona que nadie quiere ser. Es la escoria de los buena onda. “Una mamada” también puede ser un hecho, una cosa, u otra incomodidad del hombre. “La mamada” es universal.

La manipulación de imágenes en el habla no debe ser un impedimento, pues enriquece la comunicación, y por ende, la comprensión de las personas. Es por eso que palabras que no existen pero que son tan expresivas, se vuelven indispensables para la relación arquetípica (en cierto sentido) de las cosas. Si de alguna manera, Anolar no existe, no encuentro otra palabra que describa más el acto de degustar un dulce que esta. Y así, Anolar cumple la misma función dentro del lenguaje oral de las personas, como Grillear lo cumple dentro del lenguaje poético en la poesía.

7 comentarios:

Rodrigo Solís dijo...

Wil, ¿estoy loco o ya habías subido este escrito?

De todas maneras, muy bueno.

wilberth herrera dijo...

no. Pero ya lo habías leído. Te lo mandé por mail. Muchas gratzias. Un saludazo

yo dijo...

chaqueta mental es decir que pienso escribir un libro, y eyacular sería que me lo publiquen...

muy buen ensayo, felicidades.

yo dijo...

por cierto espero no te moleste que malinterprete un de tus pasajes citandote en mi blog

wilberth herrera dijo...

Claro que no, Ferrán!! adelante.
yo creo que sí, la eyaculación sería algo así como una publicación, y más con el sentimiento que te deja después ¿no? digo, no por haber publicado algún libro, sino que podría ser.
Un saludo.

Buen blog, espero no te moleste que lo ponga en mi blogscroll

happynugget dijo...

Me encantó tu ensayo. :)

wilberth herrera dijo...

muchas gracias, happynugget. hay más por ahí, lo juro. Un saludo desde la calurosa y ya porcina Campeche