viernes, 8 de febrero de 2008

La Gran barata de Ratzinger


Ayer, cuando se daba la noticia de la muerte del señor padre del gobernador de Campeche; en otra latitud, Benedicto XVI daba la noticia de que el infierno sí existía físicamente, contradiciendo a su antecesor Juan Pablo II, que decía que el cielo no era un lugar físico y que el infierno era un alejamiento con Dios.

Esta nueva postura de la iglesia hace que nos ponga a pensar. Por lo menos es lo que quieren. Pues pensemos. Nos dicen que nos iremos a un lugar, después de la muerte; y ese lugar puede ser infierno o cielo, y el purgatorio es un mero trámite. La declaración del “Mazinger” deja en claro su postura negativa “que el infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno."

Esto abre la posibilidad de entrar al cielo con más facilidad que la de su antecesor. La salvación no es inmediata, ni llegará para todos y el infierno es una posibilidad real. Un punto importante es que Retzinger deja una gran rendija, que es el purgatorio. El purgatorio se gana con el arrepentimiento del hombre. En todo caso, como Homero dice, si estoy mal, en mi lecho de muerte me arrepentiré.

Con el purgatorio, Retzinger abarata las puertas del cielo. Todos, hasta Bin Laden y Saddam Hussein tienen la posibilidad de ir al Cielo (bueno el último no creo que tenga la dicha de gozar la barata del papa, pues murió antes del anuncio), tienen la posibilidad, siempre y cuando se arrepientan en vida, para así pasar a la aduana del purgatorio a lavar sus pecados.

Bien por “Mazinger”, así podré vivir 20 años de vida desenfrenada, 10 de vida de perdón, y morir como un santo. Y si no, me llevo unas güeras para sobornar a San Pedro.

Pobres aquellos que murieron antes de la barata de la iglesia. Y a los que están moribundos les recomendaría que mueran cuanto antes, pues no vaya hacer que Retzinger levante la oferta, o se muera antes y alguien quite la ganga.

¡Un momento! ¿No será que Retzinger decretó la existencia del infierno y el arrepentimiento, como “Pase mágico” de la salvación, para que él vaya sin dificultad a la diestra del señor? Y otra pregunta, ¿Dónde estarán los que se fueron ayer?¿Tendrán privilegio por haber muerto en día de inventario?

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