martes, 12 de febrero de 2008

Wafé Kuri: El viudo negro


Giran orden de aprehensión a Wafé Kuri. Esta es la noticia en Yucatán. Esta noticia la hemos seguido de cerca los estudiosos de “los viajes de Wilberth”. La historia es la siguiente, si es que no la conocen. Hace ya 26 días que se sabe del caso de asesinato de la Señora Rosa María Ochoa de Kuri. Todo hacía pensar que se trataba de un asalto, pero la dependencia de justicia hizo las averiguaciones previas y dictaminó que el culpable fue el mismo esposo de la señora.

Acabemos con las formalidades. El caso es que el arquitecto Libanés declaró que fue asaltado en su casa y que dichos asaltantes mataron a su esposa. Pero las cosas no estaban claras desde el día de las averiguaciones. Fue necesario traer a la inteligencia privilegiada de México.

Se empezó, entonces, las averiguaciones del caso más seguido del sureste. Lo primero que notaron los peritos, fue que el alambrado fue cortado desde dentro de la casa y no desde fuera. El viudo, que fue presuntamente herido, declaró que reconocía al agresor, y que no eran dos asaltantes, sino uno: El policía de la secretaría de seguridad Pública, Rolando Escamilla Alpuche.

Ayer fue girada la orden de aprehensión, ya que el caso se cerró con el veredicto de la titular del juzgado Rubí González Alpuche (¿será hermana del policía que culpó “el viudo negro”?). Sin embargo, Wafé Kuri no está en condición para ser trasladado a la casa de arraigo o en su caso, al Centro de Readaptación Social; eso dice el doctor José Luis Araujo Barrera, quién operó al arquitecto libanés, y quien se cree, tapa al culpable. El caso deja entrever la sospecha de que el mismo Kuri se propinó las heridas de bala.

Me hubiera gustado ver el juzgado de Mérida con este caso. Sin embargo, uno de nuestros corresponsales, que siempre ha estado al tanto de la chuleta, digo, noticia, estuvo en el juzgado, y menciona que, uno de los momentos cumbres, es cuando Wafé se levantó de su silla, con todo su dolor y le dijo al abogado acusador: “¿quieres la verdad? Tú no puedes manejar la verdad.”

Habiendo tantas películas que pueden servir para crímenes semi perfectos, y no digamos de los libros. No se puede creer la estupidez en hacer un plan mafufo. Yo, si quisiera matar a mi esposa y salir sin culpa, haría lo siguiente:

Primero, iría con mi esposa en un viaje de vacaciones. El viaje es para destantear a la policía, pues no creerían que yo y mi esposa tuviéramos problemas. Compraría una de esas serpientes coralillo. La metería en la cama, mientras ella duerme. ¡No, no, no! Algo mejor. Desartonillaría un poco el ventilador de techo, y le pondría una bobina más grande para que tuviera más peso el centro. Haría que ella se acostara de manera que le cayera en la cabeza. Y permanecería abrazado a ella, esperando a que el ventilador hiciera su trabajo. Así, nadie sospecharía que yo fui el autor intelectual de la muerte de mi esposa, y me quedaría con la fortuna de su familia. Ni Dupin ni Holmes (Sherlock, no Kattie) me descubrirían.

1 comentario:

Rodrigo Solís dijo...

Quien sabe, recuerda que Pepe trabaja para la poli, igual y él sí descubriría tus fechorías.