2da. Impertinencia
Después de que Landa empezó con la correteada tan sutil para con la yucateca siguió impaciente por mostrar sus dotes histriónicas.
Como mencioné antes, Jorge Pech y Pedro Faro entablaban una discusión entre sus raíces y sus creencias, cuando de pronto el buen amigo Víctor le pregunta a Jorge:
-¿Crees en Dios?
A lo que la negativa de Pech la fortaleció con una serie de citas y ejemplos.
-No,nonononono, déjate de citas
-Pero por qué-contestó pech como si le quitaran una pierna-Es necesario para contestar.
-nonono, sólo dime por qué no crees. ¿y en Jesús?
Los dos, ya dañados por el alcohol, manifestaban una obstinada plática digna de poner de ejemplo en AA.
-Antes que me contestes, déjame saludarte.
Jorge pech le extendió la mano y Víctor renegó:
-nonono, saludémonos como se debe.
Hay que mencionar que ambos estaban en ambos lados de la mesa, y por eso no podían darse un abrazo fraternal... de Borrachos. Víctor quería pasarse para el lado de Pech pero no veía cómo.
En la punta, justo donde se pasaba, intervenían Rodrigo Solís, Tryno Maldonado y Pepe Landa.
Víctor, al ver que por ahí podía pasar, se paró a espaldas del poeta campechano y con cordialidad y clase dijo:
-Con permiso
Landa, volteó y con gesto burlón:
- AH, pase usted su majestad, voy a tirar una alfombra para que pase, y mientras tiraré pétalos de rosas de diversos colores para que sus delicados pies...
El momento no pudo ser más incómodo. Nadie decía nada, y mientras el tabasqueño carburaba que era una burla, Pech le dijo a Landa:
-Ya déjate de ironías, pinche Landa, y muévete.
Como verán, las impertinencias son mayores conforme se avanza, aunque yo las veo del mismo calibre.
20 minutos después de lo ocurrido, un servidor decidió irse a dormir, por el largo día que pasamos. Le dije a Solís que me iba a dormir, y este me contestó que al rato iba. Me despedí de todos, y me retiré.
Como por eso de las 8 :30 Am me desperté para pasar a buscar a mis amigos al ADO, OCC, pues les dije que me mandaran un msj cuando llegaran. Al levantarme, noté por la ventana que Pepe Landa pasaba tan fresco como una lechuga. El msj llegó y me salí de mi cuarto. Al salir, en el cuarto de enfrente noté que Landa le contestaba una posible pregunta a Pech:
-¡Pues que los cobre, yo lo pago, cuántos vasos fueron, tres!
En mis adentros me dije, "hicieron una pendejada en la borrachera de anoche" que más bien era de hace rato porque yo me acosté por eso de las 4am. Y si ellos se quedaron una hora más, cuando mucho, se durmieron como a las 6 am. Y no sé cómo amanecieron. Perdón Tío Roli, no pude ver si amaneció Pedro en el pasto.
De regreso al hotel, pudimos notar (Yo, Juan Manuel y Flor) que Pepe Landa se dirigía hacia nosotros con dirección al OCC, y atrás a Pech haciendo ademanes, y al final una mentada, que si no fuera por su crudeza y cierta baja de alcohol hubiera ido de bruces al piso. Cuando ya estábamos en el puente, Landa, me saludo y al ver al poeta Juan Manuel, le dijo, extendiendo el brazo como para que se parara en él cual águila calva o perico grosero:
-Poeta, vámonos.
-Pero poeta, estoy llegando-le dijo Juan Manuel con cierta timidez y asombro.
-Vámonos, coño.
-Pero poeta, estoy llegando-repitió con un poco más de soltura.
-Acompáñame al ADO.
-Pero Poeta... y voy a dejar mis maletas.
Y pepe landa se fue sin su gorrión.
El caso fue, que cuando llegamos al hotel, las piezas empezaron a caer de la caja que los contenía. Y el trabajo para reconstruirlo empezaba.
Continuará...
jueves, 6 de septiembre de 2007
EL hombre que fue lunes part. II
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