Para Mussgo, Edgar, Ale, Chino y Orquídea.
Era Jueves no santo, pero sí esperado. Tenía cinco minutos de haberme levantado. Eran las 7:10 pm. “Te paso a buscar? A qué hora?” fue el mensaje por celular que el buen amigo mussgo me había mandado. Esos mensajitos de celular son una herramienta que van a cambiar la forma de comunicarnos, nos hará más ahorrativos con las explicaciones y nos quitará toda pena de entablar un ambiente propicio para soltar penosas palabras. En pocas palabras, nos harán más toscos y directos.
“Aguevo, a las 8:30” contesté. La razón era para ver a Austin Tv. El concierto estaba puesto para las 8 pm, pero como iban a tocar otras bandas locales y Roll Circus, yo me quería saltar gran parte de esa incomodidad.
Pasó a mi casa el Mussgo, y nos fuimos al casino de Campeche. Estacionamos a lado de la iglesia de San Francisco y nos sorprendimos por la cantidad de emos que acudieron. ¿De dónde salieron tales pulgas despreciables? He de admitir que no había visto tal multitud de Emos agrupados en Campeche.
Tampoco eran muchos, eran como unos 35, pero no dejó de sorprendernos aquel pequeño racimo de putitos llorones “Eso es lo que más pensaba, los Emos que se cuelan en conciertos que no les pertenece” le dije al Mussgo. Pero no todo era desagradable, había 3 que 4 niñas emos que estaban buenísimas. Como para que hicieran el hara-kiri (en realidad es Seppuku. Hara-kiri es un error) con nuestro pollo.
“¿Ya viste Mussgo?, la guerita está bien testosterona”, “eyy, pero está mejor aquella pelirrojita”, “oye, sí. Sabes, eso está de moda en el porno. Fotos de Emos en peluches.” Y mientras dábamos una ojeada a los culos depresivos, noté a unos amigos que estaban en la entrada, y que no me habían visto(o que no querían que los viera). Eran el chino, Orquídea, Edgar y Alejandra. “¡Hola, qué onda!” los saludé, y me devolvieron el saludo. Ya eramos 6 contra algún holocausto Emo que se pudiera venir.
“¿Ya viste esas chiquitas buenérrimas, Chino?”, “Dónde…¡ah, ya! Sí, están como en unas fotos de emos en pelotas ¿sabes que es la moda de…?” “aguevo” y reafirmé uno de los nexos de nuestras amistad, el porno. Su novia Orquídea, se inmutó un poco pero sin llegarse a ofender. Así debe ser, chingaos, hay que compartir gustos, para eso son parejas. No hay algo más desagradable que uno tenga una novia que se ofenda porque uno ve porno. Orquídea y Ale son de aquellas novias que cualquiera quisiera tener.
“Hola Ale, ¿cómo estás?” “molesta todavía contigo por lo de Sabina” me contestó su novio y amigo mío, Edgar, “¿En serio?” le dije y ella me afirmó sutilmente con la cabeza, pero con una mirada de rotura de madre. “Fue una bromita” le contesté “Pero ya me había ilusionado. Te pasas” me dijo minetras guardaba su boca bajo una bufandita que tenía en el cuello, “perdón, juro que no lo vuelvo a hacer. Pero ¿a poco no estuvo buena la broma?” Y con un ¡jum!, me dio su opinión.
Mientras esperábamos, vimos que ya eran las 10 pm y no había empezado nada. “Puta madre—dije—esta madriola va a tardar y yo no puedo tardarme, a la 1 AM cuando mucho me tengo que ir. Mañana trabajo a las 7”. El chino nos propuso “Vamos a comer, y después venimos” “¿dónde?” Preguntó Musggo. “Por ahí atrás” señaló el chino, apuntando hacia el malecón. “¿Con don Chente?” preguntó Mussgo, “Sí, o mejor con Mike” Todos, por unanimidad pedimos Burger Mike y nos dirigimos a la tierra prometida.
Comimos, nos burlamos, nos reímos y regresamos. Ya en la entrada, escuchamos algo parecido a un Ska. Y mientras adivinábamos, supimos que era una pretensión de Ska. “Qué malos son” dije, y entramos al Casino. Estaba semi vacío, pero bien organizado. Entrabas, a mano izquierda una pantalla que ponía la Cara de Alito, y de lado derecho un puestesito vendiendo chelas.
Alito, en los mejores eventos
Me voy a saltar parte del concierto de Ska, porque no hay nada que decir. El sonido era estruendoso, y eso gracias a unas bocinas de medio pelo, y a la forma del Casino. Si metes una grabadora al baño y le subes todo el volumen tendrás el sonido del que les hablo. Así de estruendoso.
Pero cuando todo parecía que iba a ir rápido, se escuchó la marcha de Zacatecas. Pensé que era por lo del 20 de noviembre, ya que era la fecha, pero en ese momento, entraron unos malabaristas con fuego, como elcomercial aquel de Chips Picante, y detrás de ellos, ¡¡Roll Circus!! No lo podía creer. Qué acto más bochornoso. Con eso ya habían bajado 10 puntos en mi crítica.
De los yucas lo podía esperar, ¿pero de los campechanos, un acto de pretensión? de dónde salió todo eso. ¿De dónde salió el valor? Se subieron al escenario y pude ver a Laurita que estaba hasta al frente y me decía que me acercara para ver mejor, misma propuesta que rechace para no juntarme con los emos. Cuando terminaron los malabaristas de hacer su número, los de la banda afinaban sus instrumentos. Mi cara de incredulidad chocó con la misma cara de Eduardo que estaba a unos 10 metros.
Roll Circus tirando crema. Los Soñados por Dios.
Empezaron a tocar. He de admitir que la batería y la guitarra Lead suenan bien. Y en general tocan bien, mejor que muchos que he escuchado. Pero esa maldita pretensión no los va a llevar a ningún lado. Eso los hace mierda. Eso embarra todas las mediocres canciones que tienen. Lo poco que se podía rescatar se fue al carajo con su entrada y con sus poses de rockstar municipal.
Pedí a todos los dioses que terminaran con ese suplicio. Y fui recompensado con “Espero les guste esta última canción” y mis rezos dieron frutos en un “¡nos vemos pronto!”
Cuando voltee para decirle una opinión virulenta a Mussgo, noté que ya se había acercado a las cervezas. Yo le pregunté con los brazos y este me dijo con sus dedos que llevaba medio six encima. Entonces supe que todas mis puntillosas opiniones habían sido tragadas por la mierda de sonido de Roll Circus.
Ya se habían ido y ya era tiempo de que saliera Austin Tv. “Chino, toma unas fotos para subirlos al blog”, sacó la cámara de su novia Orquídea, al mismo tiempo que salían los de Austin, y como mi vasallo fue hasta las cercanías del escenario para tomar unas fotos. “¿Sabe tomar fotos?” le pregunté a Orquídea, “Sí, es creo”. Después de un rato, el Chino regresó “¿Qué pasó?” le pregunté “no me dejaron tomar fotos” nos contestó. No lo podía creer, si los de Austin son de lo más sencillos. Hasta que me di cuenta, gracias a Laurita, de que lo que no permitían era grabar. Era evidente que al ver la cara de mi cuate, los de seguridad pusieron énfasis en la precaución. No era la primera vez.
Aquí vemos cuando cagotearon a mi cuate ¡Hey, vergita, deja de grabar!
Tocaron y desde la primera nota sentí esa diferencia que suele suceder con algunas bandas, en donde en el disco suenan muy bien y en vivo suenan de otra forma, más agresivos y prendidos. El sonido no era perturbadoramente doloroso. Sentía que mis oídos iban a estallar en cualquier momento. Sentía que me tumbaría. No se escuchaba bien, pero sí se entendían las melodías.
Pronto escuché Marduk y sentí un alivio musical. Todas las heridas ocasionadas por los teloneros iba siendo curada por Austin Tv. Mis amigos, el Chino y Edgar estaban un poco renuentes a ese tipo de música.
Una de las virtudes de Austin Tv es que sabe llevar bien las canciones. Siempre tiene un desemboque correcto. Una de las bases de las que habló Horacio Quiroga en cómo escribir, era de hacerlo sólo si sabes a donde ir, y eso ocurre con la banda de máscaras. Y se toman su tiempo para hacerlo. En una de sus canciones, casi al final, la música fue tomando un ritmo vertiginoso, cuando empezó a gestarse Seven nation army, de los White Stripes. Y el escaso pero fiel público sintió un extasis. Hasta mi amigo el Chino lo sintió. Mojado y con la pinga parada gritó “¡No mames, qué chingón!” y por primera vez en la noche, agitó la escasa melena y grito como un loco. Cuando una banda sabe tocar los puntos G del público, no hay nada más que decir. Pero no fue el único cover que se aventaron, también se oyó “El baile y el salón” de Café Tacvba.
http://www.youtube.com/watch?v=N922PF2nSWM
Es una de las gratas sorpresas. Austin Tv toca para divertirse y por el gusto de la música. Por eso ponen fragmentos fregonsísimos de las canciones que les gusta, y nosotros nos divertimos con ellos.
He de admitir que sentí una fascinación por Chiosan, la única mujer en la banda. Se me hacía tierna pero esa ternura sexy. Al mencionarle a Edgar de esa fascinación, el estuvo de acuerdo conmigo, y más de acuerdo estuvo el Chino.
Un amor apunto de consumarse. (Chiosan! Tienes mi mail, nos escribimos ¿ok?)
Pero hasta aquí, he estado saltando una característica sobresaliente de la banda, que es la sencillez. Desde que entraron, lo hicieron sin un gramo de egolatría. Tocaron, y lo hacían a full, no intimidándose por la minoría de público. Y la cercanía que había no era sólo de distancia física, ya que siempre había un saludo y unos gracias para el público presente.
Tocaron, jugaron a los quemados, saludaron, y hasta se bajó el baterista a plena canción a tomarse una foto con la banda (el público).
Terminó el concierto y el sentimiento de estar satisfecho fue lo primero que me golpeó. Antes de bajar del escenario, dijeron que iban a estar con nosotros, y lo hicieron. Platicaron, se tomaron fotos y estuvo de rechupete.
Vi mi reloj y eran las 2:20 am “no mames, ya es tarde”. Mussgo, que estaba a mi lado, me dijo, “si quieres nos vamos.Yo también me tengo que levantar temprano” a lo que asentí. Nos despedimos todos y nos fuimos.
“Estuvo perronsísimo ¿verdad?” “Sí”, le contesté al Mussgo. Y quedé impávido después del concierto. Un recuerdo doloroso emergió. Un rostro familiar. Un hecho en particular. Disimulé y seguí platicando con mi amigo. “Tienes que escribir sobre el concierto que estuvo poca madre” me dijo Mussgo; “Por supuesto, estuvo poca madre. No podría no subirlo.” Y era verdad. Habían llegado tan lejos que escarbaron en mi memoria y sacaron un cuerpo que aún respiraba.
Mussgo me dejó en mi casa y le agradecí la compañía. Mismo que me devolvió. Entre a mi casa, me cambié, me cepillé los dientes, puse la alarma a las 6:30 am y me acosté. El silbido en mis oídos era muy fuerte. El sonido me había lastimado los oídos. Y Austin Tv me había arrancado una dura costra.
Vean la estética de esta foto. Una merga
Era Jueves no santo, pero sí esperado. Tenía cinco minutos de haberme levantado. Eran las 7:10 pm. “Te paso a buscar? A qué hora?” fue el mensaje por celular que el buen amigo mussgo me había mandado. Esos mensajitos de celular son una herramienta que van a cambiar la forma de comunicarnos, nos hará más ahorrativos con las explicaciones y nos quitará toda pena de entablar un ambiente propicio para soltar penosas palabras. En pocas palabras, nos harán más toscos y directos.
“Aguevo, a las 8:30” contesté. La razón era para ver a Austin Tv. El concierto estaba puesto para las 8 pm, pero como iban a tocar otras bandas locales y Roll Circus, yo me quería saltar gran parte de esa incomodidad.
Pasó a mi casa el Mussgo, y nos fuimos al casino de Campeche. Estacionamos a lado de la iglesia de San Francisco y nos sorprendimos por la cantidad de emos que acudieron. ¿De dónde salieron tales pulgas despreciables? He de admitir que no había visto tal multitud de Emos agrupados en Campeche.
Tampoco eran muchos, eran como unos 35, pero no dejó de sorprendernos aquel pequeño racimo de putitos llorones “Eso es lo que más pensaba, los Emos que se cuelan en conciertos que no les pertenece” le dije al Mussgo. Pero no todo era desagradable, había 3 que 4 niñas emos que estaban buenísimas. Como para que hicieran el hara-kiri (en realidad es Seppuku. Hara-kiri es un error) con nuestro pollo.
“¿Ya viste Mussgo?, la guerita está bien testosterona”, “eyy, pero está mejor aquella pelirrojita”, “oye, sí. Sabes, eso está de moda en el porno. Fotos de Emos en peluches.” Y mientras dábamos una ojeada a los culos depresivos, noté a unos amigos que estaban en la entrada, y que no me habían visto(o que no querían que los viera). Eran el chino, Orquídea, Edgar y Alejandra. “¡Hola, qué onda!” los saludé, y me devolvieron el saludo. Ya eramos 6 contra algún holocausto Emo que se pudiera venir.
“¿Ya viste esas chiquitas buenérrimas, Chino?”, “Dónde…¡ah, ya! Sí, están como en unas fotos de emos en pelotas ¿sabes que es la moda de…?” “aguevo” y reafirmé uno de los nexos de nuestras amistad, el porno. Su novia Orquídea, se inmutó un poco pero sin llegarse a ofender. Así debe ser, chingaos, hay que compartir gustos, para eso son parejas. No hay algo más desagradable que uno tenga una novia que se ofenda porque uno ve porno. Orquídea y Ale son de aquellas novias que cualquiera quisiera tener.
“Hola Ale, ¿cómo estás?” “molesta todavía contigo por lo de Sabina” me contestó su novio y amigo mío, Edgar, “¿En serio?” le dije y ella me afirmó sutilmente con la cabeza, pero con una mirada de rotura de madre. “Fue una bromita” le contesté “Pero ya me había ilusionado. Te pasas” me dijo minetras guardaba su boca bajo una bufandita que tenía en el cuello, “perdón, juro que no lo vuelvo a hacer. Pero ¿a poco no estuvo buena la broma?” Y con un ¡jum!, me dio su opinión.
Mientras esperábamos, vimos que ya eran las 10 pm y no había empezado nada. “Puta madre—dije—esta madriola va a tardar y yo no puedo tardarme, a la 1 AM cuando mucho me tengo que ir. Mañana trabajo a las 7”. El chino nos propuso “Vamos a comer, y después venimos” “¿dónde?” Preguntó Musggo. “Por ahí atrás” señaló el chino, apuntando hacia el malecón. “¿Con don Chente?” preguntó Mussgo, “Sí, o mejor con Mike” Todos, por unanimidad pedimos Burger Mike y nos dirigimos a la tierra prometida.
Comimos, nos burlamos, nos reímos y regresamos. Ya en la entrada, escuchamos algo parecido a un Ska. Y mientras adivinábamos, supimos que era una pretensión de Ska. “Qué malos son” dije, y entramos al Casino. Estaba semi vacío, pero bien organizado. Entrabas, a mano izquierda una pantalla que ponía la Cara de Alito, y de lado derecho un puestesito vendiendo chelas.
Alito, en los mejores eventos
Me voy a saltar parte del concierto de Ska, porque no hay nada que decir. El sonido era estruendoso, y eso gracias a unas bocinas de medio pelo, y a la forma del Casino. Si metes una grabadora al baño y le subes todo el volumen tendrás el sonido del que les hablo. Así de estruendoso.
Pero cuando todo parecía que iba a ir rápido, se escuchó la marcha de Zacatecas. Pensé que era por lo del 20 de noviembre, ya que era la fecha, pero en ese momento, entraron unos malabaristas con fuego, como elcomercial aquel de Chips Picante, y detrás de ellos, ¡¡Roll Circus!! No lo podía creer. Qué acto más bochornoso. Con eso ya habían bajado 10 puntos en mi crítica.
De los yucas lo podía esperar, ¿pero de los campechanos, un acto de pretensión? de dónde salió todo eso. ¿De dónde salió el valor? Se subieron al escenario y pude ver a Laurita que estaba hasta al frente y me decía que me acercara para ver mejor, misma propuesta que rechace para no juntarme con los emos. Cuando terminaron los malabaristas de hacer su número, los de la banda afinaban sus instrumentos. Mi cara de incredulidad chocó con la misma cara de Eduardo que estaba a unos 10 metros.
Roll Circus tirando crema. Los Soñados por Dios.
Empezaron a tocar. He de admitir que la batería y la guitarra Lead suenan bien. Y en general tocan bien, mejor que muchos que he escuchado. Pero esa maldita pretensión no los va a llevar a ningún lado. Eso los hace mierda. Eso embarra todas las mediocres canciones que tienen. Lo poco que se podía rescatar se fue al carajo con su entrada y con sus poses de rockstar municipal.
Pedí a todos los dioses que terminaran con ese suplicio. Y fui recompensado con “Espero les guste esta última canción” y mis rezos dieron frutos en un “¡nos vemos pronto!”
Cuando voltee para decirle una opinión virulenta a Mussgo, noté que ya se había acercado a las cervezas. Yo le pregunté con los brazos y este me dijo con sus dedos que llevaba medio six encima. Entonces supe que todas mis puntillosas opiniones habían sido tragadas por la mierda de sonido de Roll Circus.
Ya se habían ido y ya era tiempo de que saliera Austin Tv. “Chino, toma unas fotos para subirlos al blog”, sacó la cámara de su novia Orquídea, al mismo tiempo que salían los de Austin, y como mi vasallo fue hasta las cercanías del escenario para tomar unas fotos. “¿Sabe tomar fotos?” le pregunté a Orquídea, “Sí, es creo”. Después de un rato, el Chino regresó “¿Qué pasó?” le pregunté “no me dejaron tomar fotos” nos contestó. No lo podía creer, si los de Austin son de lo más sencillos. Hasta que me di cuenta, gracias a Laurita, de que lo que no permitían era grabar. Era evidente que al ver la cara de mi cuate, los de seguridad pusieron énfasis en la precaución. No era la primera vez.
Aquí vemos cuando cagotearon a mi cuate ¡Hey, vergita, deja de grabar!
Tocaron y desde la primera nota sentí esa diferencia que suele suceder con algunas bandas, en donde en el disco suenan muy bien y en vivo suenan de otra forma, más agresivos y prendidos. El sonido no era perturbadoramente doloroso. Sentía que mis oídos iban a estallar en cualquier momento. Sentía que me tumbaría. No se escuchaba bien, pero sí se entendían las melodías.
Pronto escuché Marduk y sentí un alivio musical. Todas las heridas ocasionadas por los teloneros iba siendo curada por Austin Tv. Mis amigos, el Chino y Edgar estaban un poco renuentes a ese tipo de música.
Una de las virtudes de Austin Tv es que sabe llevar bien las canciones. Siempre tiene un desemboque correcto. Una de las bases de las que habló Horacio Quiroga en cómo escribir, era de hacerlo sólo si sabes a donde ir, y eso ocurre con la banda de máscaras. Y se toman su tiempo para hacerlo. En una de sus canciones, casi al final, la música fue tomando un ritmo vertiginoso, cuando empezó a gestarse Seven nation army, de los White Stripes. Y el escaso pero fiel público sintió un extasis. Hasta mi amigo el Chino lo sintió. Mojado y con la pinga parada gritó “¡No mames, qué chingón!” y por primera vez en la noche, agitó la escasa melena y grito como un loco. Cuando una banda sabe tocar los puntos G del público, no hay nada más que decir. Pero no fue el único cover que se aventaron, también se oyó “El baile y el salón” de Café Tacvba.
http://www.youtube.com/watch?v=N922PF2nSWM
Es una de las gratas sorpresas. Austin Tv toca para divertirse y por el gusto de la música. Por eso ponen fragmentos fregonsísimos de las canciones que les gusta, y nosotros nos divertimos con ellos.
He de admitir que sentí una fascinación por Chiosan, la única mujer en la banda. Se me hacía tierna pero esa ternura sexy. Al mencionarle a Edgar de esa fascinación, el estuvo de acuerdo conmigo, y más de acuerdo estuvo el Chino.
Un amor apunto de consumarse. (Chiosan! Tienes mi mail, nos escribimos ¿ok?)
Pero hasta aquí, he estado saltando una característica sobresaliente de la banda, que es la sencillez. Desde que entraron, lo hicieron sin un gramo de egolatría. Tocaron, y lo hacían a full, no intimidándose por la minoría de público. Y la cercanía que había no era sólo de distancia física, ya que siempre había un saludo y unos gracias para el público presente.
Tocaron, jugaron a los quemados, saludaron, y hasta se bajó el baterista a plena canción a tomarse una foto con la banda (el público).
Terminó el concierto y el sentimiento de estar satisfecho fue lo primero que me golpeó. Antes de bajar del escenario, dijeron que iban a estar con nosotros, y lo hicieron. Platicaron, se tomaron fotos y estuvo de rechupete.
Vi mi reloj y eran las 2:20 am “no mames, ya es tarde”. Mussgo, que estaba a mi lado, me dijo, “si quieres nos vamos.Yo también me tengo que levantar temprano” a lo que asentí. Nos despedimos todos y nos fuimos.
“Estuvo perronsísimo ¿verdad?” “Sí”, le contesté al Mussgo. Y quedé impávido después del concierto. Un recuerdo doloroso emergió. Un rostro familiar. Un hecho en particular. Disimulé y seguí platicando con mi amigo. “Tienes que escribir sobre el concierto que estuvo poca madre” me dijo Mussgo; “Por supuesto, estuvo poca madre. No podría no subirlo.” Y era verdad. Habían llegado tan lejos que escarbaron en mi memoria y sacaron un cuerpo que aún respiraba.
Mussgo me dejó en mi casa y le agradecí la compañía. Mismo que me devolvió. Entre a mi casa, me cambié, me cepillé los dientes, puse la alarma a las 6:30 am y me acosté. El silbido en mis oídos era muy fuerte. El sonido me había lastimado los oídos. Y Austin Tv me había arrancado una dura costra.
Vean la estética de esta foto. Una merga
No hay comentarios:
Publicar un comentario