Ya pasó el Halloween, y esta semana nos queda reminiscencias (un saludo a Tabasco). Mientras preparo el post de los pibipollos,para todos aquellos que están vedados de esta delicia, les pondré esta nota que es "mucho muy" interesante.Resulta que el Halloween es una de los tantos extranjerismos, una de las tantas cosas que nos robamos y adoptamos, ya sea para divertirnos, como una excusa más para juntarnos y mamarnos tranquilos. Eso todos lo saben. Nos disfrazamos porque creemos que es el día propicio para divertirnos, ey vestirnos de un monstruo o un personaje trastornado, que en realidad somos, pero en menor cantidad.Pero a que no saben quiénes se disfrazaron también.¿Matan su pavo? pues ni más ni menos que la pandilla de Chávez. Sí, como lo oyen.El primero que tiro sus dados fue Evo Morales, que ni tardo ni perezoso se desabrochó la camisa, no se quito los zapatos y ni se desgarró los pantalones, porque así los trae siempre, y se convirtió en :
Le quedó chingón. Por su parte, Correa, como es un intelectual y humano a la vez, pensó que la fiesta era llevar una pose sexy y fue como un guardián de la Bahía. Exponiendo sus pectorales y pezones con pelos y ese tuch (ombligo para los aztecas y resto del mundo) sexy, muy al estilo Jennifer López.
Y el jefe, pues se compró una gorrita en Bolivia, le pidió úna camisa a Evo y se disfrazó del Chavo:
Y en la siguiente foto los vemos a los tres en plena comidilla, de lo más contentos. Vean y deléitense con estos indios simpáticos. Huarachín y huarachón se unieron con cholo. Cuidado, son como los tres García.
Pero ahí no quedó la cosa. Resulta que en la fiesta, con unas cocas y unas chelas encima, que se nos pone una peluca Chávez, y la hizo de Amanda Miguel. Esto es en serio. Sin embargo, eso de usar una peluca no fue por los alcoholes, que a muchos le suele suceder (pregúntenle al Rodro), sino que es una manía que le está entrando al Chávez. Si no me creen, chequen este video en donde lo declara abiertamente:
http://es.youtube.com/watch?v=hQ4XV5XBMjA
Miren no más, ya decía yo que eso de ser socialistas trae consigo mañitas escondidas. Qué loco ¿no?
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