viernes, 3 de julio de 2009

La mierda no es como la pintan




En una de las infatigables pláticas con mi amiga Bárbara, hablamos de las (malas) palabras que nos parecen bellas, y entre esas hubo una que llamó mi atención: Mierda. La atención vino porque había olvidado un error social. En Campeche, muchos dicen “Miarda” en vez de “Mierda”. Y de esto desprende muchas vicisitudes Lingüísticas y de percepción.


Primero, tendremos que averiguar por qué en Campeche se dice Miarda. Bueno, podemos especular y encontrar una respuesta satisfactoria. La mía es la siguiente. Mierda es una palabra larga, y como que se cansa, y esto debido a la “IE”. Esto hace que retoce la pronunciación. Podemos decir que existe cierta dificultad. Por eso, de entre todos los días, miércoles es el día más difícil. “IE” son incompatibles, no se llevan, necesitan su tiempo para pronunciarlos y no respetan el diptongo. El campechano, en su inmensa sabiduría y en su astucia (no es lo mismo ser sabio a ser astuto), decidió cambiar la una letra y hacerlo más homogéneo, y hasta más estético, puso la “A”: Miarda. Y de alguna manera lo mejoró. Es evidente que Miarda es superior a mierda, la “A” y la “I” son tan compatibles que aún con el poder encima de uno de ellos, no se pelean : Día. La palabra aprovecha la fuerza de la “A” y la alegría de la “I” transformando la palabra en un destello luminoso, fulgurante, que tiene más relación con el fuego que con la tierra, como sucede con “Mierda”.


Segundo, el término. En otros lugares, como el DF, España y Argentina, se utiliza la palabra “Mierda” como una expresión. La fuerza o el valor de la expresión varía según los lugares, pero sigue siendo una expresión de sorpresa, o como en Argentina, es para expresar que algo o alguien está mal o deshecho: Estás hecho una mierda. Y utilizan esa expresión como si no fuera un insulto, una falta de respeto. Sino que conserva su lugar como una expresión. En Campeche, Miarda significa lo que es, excremento, pero con todo su valor, y no como una metáfora para una expresión. Eres una miarda se toma como un insulto, y el significado es “eres un apestado”, no apestoso, como si te hubieras embarrado con excremento. “Quita tu cara de miarda” significa que le haces asco a algo que parece caca. El campechano no utiliza la palabra como expresión, sino utiliza la expresión ante el significado de la palabra.


En la cabeza del campechano (y me atrevo a decir del resto de los del sureste) el sonido de “Miarda” está completamente ligado a la imagen de lo que significa. El significante sobreactúa y ejerce poder sobre el significado. Y no es algo fuera de lo común, su pasado lo sustenta. El maya siempre buscó que el sonido (significante) estuviera ligado de lo que se habla (el significado). Y lo logró. En este caso, Crátilo se alzaría con la victoria ante su debatiente Hermógenes. La palabra expresaría la esencia de lo nombrado. Cómo no creer en ese argumento cuando a esos pequeños residuos de Pan se les llama “shish”. Ahí está la esencia. La palabra se vuelve sólida, se vuelve espejo del objeto. Entonces, cómo podríamos revocar la sentencia de Crátilo “El que conoce los nombres conoce también las cosas”, no encuentro bases para desecharlo, no en el maya, y en su heredero el español del sureste.



4 comentarios:

Eduardo Huchin dijo...

Yo digo que es porque "miarda" suena igual a "miar" que es hacer chis chis, de modo que asociamos ambos actos de evacuación.

Anónimo dijo...

maistro de maistros, excelente!

Rodrigo Solís dijo...

Momentito, en Mérida que somos más chingones que en Campeche inventamos la palabra miarda.

Anónimo dijo...

Efectivamente no es cuestión de campeche exclusivo. Yo creo que en toda la península. Soy De Yucatán específicamente de la Mérida y acá se dice orgullosamente miArda.