miércoles, 22 de julio de 2009

Al silencio


Ya estoy hasta la madre. Basta ya de mamadas. He sido lo más coherente que he podido y he sido lo mejor que podía ser. Y a pesar de esos esfuerzos, nada.


Abrir el corazón sin esperar nada a cambio es un acto de nobleza y valentía, pero que no haya nada a cambio es un acto despreciable y monstruoso.


“¡Que sangre!” dice tu silencio, “A mí que chingados me importa” repite con eco. ¿Por qué carajos tengo que aguantar esto? Creo que no merezco ese silencio grosero y adulador. “¡A la verga!” grito al unísono. “Si no hay nada para mí, es que no importo y no necesito que me lo repitan. A la verga a todos aquellos.” Grita mi silencio. Porque no es justo, porque la vida no es justa y si yo no quiero esa injusticia no tengo porque aceptarlo.



“¡Tu y todos se pueden ir a la verga!” sí señor. Mi silencio es claro y contundente “A la verga todo. Porque yo que hice hablar un papel, hice dangrar mis letras, hice corregir mi estado por ser ecuánime y crucificarme por todo, y no recibo ni la punta de una respuesta complaciente.“A la verga”, dice mi silencio mordiéndose los labios.


Y que no se confunda con una apática falta de respeto. No lo es. Es el resultado al que se le ofende, no a la persona. ¿Quién se cree que soy, un vagabundo insolente? No señor, soy más que eso. Tengo mis limitantes pero soy mejor que eso; y honesto, siempre honesto. “A la verga tú y tu ejército” ¿qué no merezco pasear por una librería o un parque contigo? A la verga con eso.


Puedes tener a quien quieras, eso sí, a quién quieras, y yo ese poder no lo tengo, pero es mejor aquellas personas que se acercan a ver cómo está uno cuando lo ven feliz, cuando lo ven triste y no dicen nada para ofenderlo “A la verga. A la verga tú y tu ejército. No me ofendo, no muestro debilidad aunque sabes que la tengo, pero cuando hundas el cuchillo no voy a llorar o a quejarme. Te veré a los ojos y lanzaré la carcajada más ofensiva que te parezca. Lo lanzaré a tus ojos sorprendidos y llenos de asombro, porque no verás a mejor persona que a mí. No verás a hombre más fuerte que yo. Así será . Lo verás. Sé más que tú, soy más viejo que tú. Ya lo verás” y cuando mi silencio se calló, ya nadie había.



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