¿Quién, en su niñez no fue torturado, humillado, rebajado por las madres y los padres a tomar esta reverenda porquería?
No conozco a un campechano que no haya sido obligado a ingerir esta real mamada. Me pregunto, quién fue el ocioso que pensó que el hígado de un bacalao tendría ciertas vitaminas y proteínas y que ayudarían al crecimiento y el fortalecimiento de los niños.
¡¡Me lleva la verga, de sabores!! Juro que deben saber más asqueroso que el original. Y con ese bacalaito, intentando parecer agradable para los niños. Odio.
Hago extensa la invitación a que nos digan si en el resto del país, también fueron torturados con esta mierda.
Yo recuerdo que a mí me obligaron a tomármelo porque era el ejemplo de mi prima “Tómalo, Guadalupe, ve cómo Wil sí lo toma” y ahí fue la cucharada completa. Es la cosa más horrible que he probado, juro que mis ojos se iban a salir y sentía cómo mi estomago lo rechazaba. Por poco me vomito frente a mi prima, que viendo la valentía de sui querido familiar, se arrojó a tomar esa mierda. Esa fue la única y última vez que lo tomé. Tengo que decir que mi mamá intentó inculcarme a tomar la emulsión, para que estuviera como mi tío, y al recurrir a mi recuerdo deserté con rapidez, no era mi ideal estar chaparro y peludo.
2 comentarios:
Comprobadísimo, no sirven ninguna de esas mamadas, ni el chocomilk ni el danonino. A mi me atiborraron de todo eso y mira! nunca crecí.
Bueno, el danonino tiene la ventaja de que al menos, ese si sabe rico!!
es verdad.
Bueno, también el chamito.
un saludo
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