Este escrito no es un panfleto ni mucho menos, sólo es una necesidad de dar a conocer, a nadie, lo que está ocurriendo en Campeche en cuanto a los escritores y de lo que se está escribiendo. El siguiente análisis considera sólo los rasgos que este humilde, pero bien portado escritor, piensa; además de responder a una observación que tuve cuando estaba cursando la carrera de literatura. Le comenté a mi novia que veía una generación de escritores con calidad (refiriéndome a los amigos que escribían) y que era mucho mejor que la última “gran” generación, la de los poetas de cantina, pues esta no tenía algo que sobresaliera y que tuviera una base lo suficientemente consistente para aportar a la literatura, a excepción del mejor, que es indiscutiblemente Carlos Vadillo, que sin ser poeta es, por decirlo de alguna manera, la “joyita” de dicha generación.
Mi observación, sin caer en la candorosa apreciación fraterna, es del todo cierta; sin embargo, este grupo está tan en pañales como que algunos de los escritores que lo conforman fueron alumnos de alguno que otro “poeta borracho maldito”. Y aunque todavía no se han dado a conocer, están haciendo ruido poco a poco.
Sé que los campechanos que lean esto, principalmente los escritores, dirán que es una mentira y estarán en desacuerdo, pero déjenme decirles que eso es normal, pues los celos generacionales han ocurrido siempre. Las generaciones anteriores siempre estarán en contra de la venidera, y la nueva tachará a la otra.
Este grupo se reúne cada martes en el café, a diferencia de los que se reunían en las cantinas, para comentar cosas que no tienen que ver directamente con la literatura, pero sí con gustos y críticas de lo que sucede a diario. La mayoría de las cosas que se platican son jocosas, cayendo a veces en la burla. Los jóvenes escritores abordan el ensayo, pues ahí encuentran el alimento de los escritores que es la crítica. Los escritos son temerarios y directos, utilizando el sarcasmo, la burla y primordialmente, la ironía. El ensayo campechano es como la unión entre Gabriel Zaid y el estilo de Ibangüergoitia. Los ensayos son inteligentes y sin pretensión.
Pero no sólo la crítica es lo que tienen en común. También los simpson son un común denominador en ellos. Es notable la influencia que la familia amarilla ejerció en la manera de establecer un nexo comunicativo entre ellos.
Debemos mencionar que los miembros de este “Selecto” grupo, son unos “devoradores” de libros, eso contestaría a la obesidad de algunos. Y además de ser lectores, también son afines a la música, al cine, las series televisivas; y en algunos, el deporte, los videojuegos, los cómics y las telenovelas.
Pero enfoquémonos en los integrantes. Nombraremos a los más importantes por sus escritos y su reconocimiento fuera de la ciudad. También hay que hacer mención de un hecho que consolidó el inicio de la gestación del grupo como tal, el “Primer encuentro de jóvenes escritores del Sureste Mexicano”, pues este encuentro los dio a conocer y reafirmo a cada uno en un grupo en común. Fueron cinco los que acudieron a Chiapas a dicho encuentro.
Cabe decir que no todos los integrantes son campechanos, pues hay un “Yuca” entre ellos, que es como un Gerónimo de Aguilar, que fue náufrago para después caer en manos de los mayas para ser prisionero, y después amigo.
Veamos a cada uno de ellos, como un tipo de ficha en donde se encuentran las características, como sucede con las figuritas de béisbol (estaría bien que salieran y fueran coleccionables, o por lo menos en los tazos de Sabritas):
Eduardo Huchín: Gran escritor. Su estilo es, en su mayoría, irónico. Escribe tanto ensayo como cuento, e incluso poesía. La inteligencia y la gracia no están peleadas en sus escritos. La vida diaria se convierte en un mar de posibilidades para el asombro. Es más un narrador y vouyer de su contorno, que un simple observador. Es vouyer porque se nota que goza el observar su contexto; y más el escribir. Su lectura es tan basta, así como sus temas. Las charlas con él pueden ser tan variadas que pareciera que no se le escapara nada. Le gusta el cine, la música, la televisión, las series americanas(es amante de los simpson y Seinfield) y de tantas cosas más que no se puede creer que le dé el tiempo de ver, leer y escribir en un día. La lectura de sus escritos es tan digerible que da la misma sensación como la de un buen vino después de una buena comida.
Rodrigo Solís: Es el Gerónimo de Aguilar yucateco, que además de saquear a nuestras mujeres, nos sirve de lengua y representante para con Hernán Cortés (la gente de revistas importantes fuera de Campeche). Su estilo también es irónico y sobretodo sarcástico. Sus escritos son ingeniosos y certeros para conseguir lo que desea que genere. Con sus “pildoritas de la felicidad” se dio a conocer, y no existe otra metáfora que describa mejor sus escritos, “una píldora”. Al leerlo se percibe una espontánea hilaridad que atrapa al lector. Para los que lo conocemos, es como si se tratara de una charla. Esa sería otra característica, la oralidad en sus escritos. Además de leer mucho, le gusta el cine, y también las series norteamericanas. El blog en el que escribe se convirtió en su disciplina, que a su vez le ayudó para pulir su escritura. Nos queda claro que la ciudad habla, pero los defectos con los que habla son el tema central de la ironía en los escritos de Rodrigo.
Flor de Anda: escritora que contiene inteligencia y sentido. Sería la francotiradora del grupo. El punto álgido en sus escritos es gracias a la versatilidad. Cuando aborda la ironía llega a ser mordaz, pero sin despeinar el sentido que quiere. Escritora que requiere de gran paciencia de sus lectores, pues no escribe muy a menudo. Es feminista por el hecho de interesarse en temas que tratan de las mujeres. Es de fácil pronunciación y de una escritura concisa y clara. Su incursión a la poesía fue muy elogiada por amigos y maestros. Es poseedora de una gran melodía poética, aunque le faltan poemas por escribir. Sus gustos, aparte de la literatura, son el cine y el Internet (Chat).
Juan Manuel: Una gran promesa literaria, pero desafortunadamente y afortunadamente, encontró su pasión en el cómic. En la literatura cuenta con una prolija imaginación. Tanto así que llega a parecer un prodigio. En cuanto al Juan monero, podemos decir que posee una gran calidad. Y al ser un gran cuentista, sus monos tienen, tanto calidad en el dibujo, como en el guión; y al ser tan difícil de encontrar a un dibujante en México que reúna las dos cosas, Juan Manuel se convierte en una gran promesa campechana. Él gusta de la televisión, del cine, de la música, de la literatura y sobre todo del arte del cómic.
lunes, 5 de noviembre de 2007
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1 comentario:
Muchas gracias querido wilo por las porras a esta generación del desmadre... un poco maquillada por el fervor de san pancho. No creo que seamos la generación que campeche esperaba,(a veces dudo que seamos una generación) pero creo que podemos hacer cosas interezantes para leer y eso basta. ademas esa foto donde parezco Charles Bronson en "el vengador anónimo" hace justicia a mi fama de aventurero, gigoló, caza recompensaz y filántropo.
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