Este fin de semana, el fin de semana completito, lo pasé viendo Friends. Desde la mañana del sábado me vi envuelto en una maratónica programación de la serie, misma que continué el domingo, sin falta en este sitio Justin tv.
Ahora, que es inicio de semana, doy cuenta de dos cosas, una, que soy de lo más patético, y otra, que la época de mi secundaria la viví inmerso en la ignorancia. No lo digo porque me haya gustado la serie, que eso es algo que debo aclarar, sino de que al ver dicho maratón, di con las respuestas a esos cortes de cabello y engomados hacia adelante en los hombres que eran flacos y altos, los cabellos de las mujeres semi colgados, y las botas de mujer con tacón ancho. Vi el origen de esas extravagancias que me dejaban perplejo y que no eran de mi predilección.
Friends fue una serie que marcó mucho en la forma de actuar y vestir de esa época noventera tan volátil. Y me sorprende que en Campeche vio un hueco y se estableció con tanto ahínco. Pero lo que me heló la sangre no es sólo que tuviera amigos que se cortaban el cabello y se vestían como Ross (ya me sé los nombres), o que las mujeres querían ser como Rachel o Mónica, lo que en verdad me asustó fue algo que descubrí al ver la serie. Ciertas acciones que ocurrieron en mi salón, que cuando estaba ahí no tenían una razón lógica, pero ahora, a casi 15 años de distancia, y gracias al maratón, el origen de esos sucesos toman forma.
Pues resulta que viendo la dichosa serie, doy con que ciertas frases o acciones las había visto en ciertos amigos. Y eso me llevó a la memoria. Recordé que en la secundaria, al inicio del primer año, había un grupo de amigos, cuatro, dos féminas y dos varones. Pues resulta, uniendo las piezas con mi furtiva imaginación de ahora, que empezaron a actuar como los de Friends. Recuerdo que los cuatro forraban sus libretas con recortes y figuras de la serie. Eran cuatro, y me temo que los últimos dos fueron encontrados después de un casting exhaustivo. Lo que más coraje me da, es que yo pasé por ese casting sin saberlo. Yo me llevaba con todos del salón y mi lugar no era uno sólo. Solía “papalotear” por todos los lugares, pues todos eran mis amigos (Aunque en segundo año y tercero, encontré mi lugar hasta atrás, con los desmadrazos). Pues me senté con los cuatro fans (en ese momento no sabía qué era Friends, ni de cuánto amaban la serie), y recuerdo que al tercer día en que me iba a sentar con las niñas cerebrito, me pidieron que me quedara. Creo recordar que una, la que a mi parecer era Mónica (con eso sabrán que estaba medio sabrosa la amiga), les dijo a los otros tres “Él es bueno ¿no?”, en ese momento pensé que era un cumplido a mi forma de ser, pero al parecer era una expresión de aprobación, es decir, yo era bueno para el personaje que buscaban, y con mi currículum, supe que me querían para ser ¡el Joey del grupo! ¡El joey, el más pendejo de los personajes! Al descubrir esto, me sentí agredido y vulnerable, había descubierto que mi honor pendió de un hilo en aquellos años de prepa. Todavía que me quisieran para Chandler, pero Joey, es imperdonable, y yo que, a pesar de ser desmadroso era un cerebrito.
Pues buscaron a los otros dos que faltaban (Joey y Phoebe) y ya estuvo formado el grupo. Y ya formados, ¡actuaban como los personajes de la serie!Se los juro, el sábado descubrí eso. Ustedes entenderán que al descubrir dicho suceso embarazoso, uno empieza a recordar momentos para acoplarlos a la realidad que se acaba de develar. Esa búsqueda de amigos no sólo era para compartir un gusto, era para actuar como ellos- Entenderán el terror que me invadió al descubrir que estaba en un salón con tales enfermos. No recuerdo bien, pero creo que fue antes de que se formara el grupo, que el que la hacía de Ross, fue novio de la que la hacía de Rachel, quiero entender que fue así, porque no podría creer que se hicieron novios para seguir los estatutos de la serie. Eso sí que sería muy enfermo.
Descubriendo a los personajes, me di cuenta de la razón de ser de aquellos amigos. María, la “Phoebe” era todo lo contrario de Lisa Kudrow, era morena y medio gorda, pero sí que era mamonsísima, y lo más triste es que este fin de semana llegué a saber el porqué de su mamonería y de sus reacciones, pues quería ser como el personaje, quería ser ingenua y tonta que agradara a todo el mundo. Por eso contestaba con estupideces de los que nadie se reía. Sólo sus amigos que vivían en su mundo Friends. De hecho, recuerdo que una vez, en una fiesta en casa de Elías, agarró la guitarra y cantó una canción de “un gato apestoso”, misma que el resto de la banda cantó con tal alegría. Nosotros nos alejamos para no decirles lo culerón que nos parecía eso.
Carlos Rodríguez, que era aquel que me ganó mi lugar con méritos, era el Joey perfecto para ellos, era espontáneo y hasta decía sandeces con el fin de parecerse al personaje que vivía (no podría decir que interpretaba porque ellos eran así, creían ser así). Joey Rodriguez, salía en cuanta comparsa de carnaval había, e iba a cada fiesta en la “disco” de Campeche. Era un casanova gracias a ese pegue que tenía. Una amiga, Erika, que llegó a caer en sus redes de serie, me dijo que lo que más le gustaba era su ternura.
Ross Sánchez (nombre original, Osiris Sánchez) era flaco y la pareja de Rachel Zumárraga. Su peinado era corto y todo hacia adelante, terminando con la punta de los pelos en la frente, pero, gracias al gel, estos quedaban parados, parecía como si una vaca lo hubiera lamido. Haciendo uso de mi imaginación, parecía un gudulup chupado, puesto de forma horizontal. Recuerdo que era callado y tímido. Lo más cabrón lo descubrí en el intro de la serie. Resulta que cuando todos los originales Friends salen en la fuente, Ross sale haciendo un paso de robotito, ¡mismo que llegó a hacer Osiris en la posada del salón, en casa de la maestra de Geografía! Y las mujeres de su grupito reaccionaron con un grito, igual que las fans de Sergio Blas cuando llegó al carnaval de Campeche.
Rachel Zumárraga, era guapa, era la bonita del salón. Era de dinero, blanquita, un bombón. Recuerdo que cuando entramos, su cabello era lacio, guerito, pero después lo cambió de color castaño y se hizo un no sé qué, que lo dejó menos lacio y con cierta degradación. Primero y segundo de secundaria los pasó en un tórrido romance con Ross Sanchez, pero el último año le llegó la castidad. Era de las más asediadas por los pubertos de la escuela.
Mónica. Su verdadero nombre es Gabriela Castillo. Era la mayor del grupo por haber repetido sexto año de primaria en la Justo Sierra Méndez. Le decía hermano a Osiris, digo Ross, aunque no lo era. Tengo que admitir algo, ella se volvió mi locura. Estaba perdidamente enamorado de ella, pero yo no cabía en su existencia. Me gusta pensar que tenía cosas más importantes por atesorar, que un sentimiento hacia mí. Era la más seria de todas, pero por el bien de su banda, arriesgaba su sobriedad, cosa que le recriminé en silencio, porque hacía que perdiera la compostura, volviéndose algo irritante. Lo que más recuerdo de ella, son las cosas estúpidas que hacía yo por estar cerca de ella. Perdón por no exponerla tanto.
Chandler Zurita (Antonio Zurita), era el, que a mi parecer, se veía más forzado. Yo pensaba que era su personalidad, pero ahora entiendo porqué ese afán de hacer chistes tan difíciles y forzados. He de admitir que tenía talento, incluso me reí un par de ocasiones de sus chistes. Lamentablemente, al ver el maratón, me di cuenta que fueron fusilados de ahí. Una de las cosas por la que lo recuerdo más, es por la pelea que tuvo con Joey. Resulta que yo llegaba al salón un poco tarde y los vi en el pasillo de los salones agarrándose a putazos, y a su alrededor había amigos burlándose de cómo se rompían la madre, y del otro lado, estaban Phoebe y Rachel gritando para que se separaran. Yo, como todo un caballero de secundaria, me vi en la obligación de alentar esa madriza. A la hora del receso, los dos hablaban a solas, uno le invitaba de su refresco al otro y el otro respondía con una tostaditas tía rosa.
Lo que me viene a la cabeza, es aquel último día de clases. Aquel día en tercer año en que nos invadía una incertidumbre y tristeza. Pues ya había terminado el día, había firmado algunas camisas (cosa que hacían y no entendía porqué. Todos querían que les pusieras algo en su camisa, unas palabras, yo logré salirme con la camisa lo más limpia que pude, un par de genitales que no había alcanzado a ver que me pusieran), y Manuel, me pidió que regresáramos al salón, porque su novia tenía que ir a buscar a Karla, una amiga, y al llegar, que veo a los Friends juntos, con la cara larga. En ese momento
Pensé lógico la resignación, pero hoy ya sé más bien el hecho, y la razón era porque se acababa su temporada. Me quedé con Rocío, la novia de Manuel y esperamos a que Karla regresara, en ese momento, no aguantando el destino, Ross Sánchez se paró, fue a la entrada del salón y le pegó un puñetazo a la puerta. El resto de los Friends no voltearon a ver, entendían su tristeza, yo, en ese momento noté ese acto un poco exagerado, pero entendía su dolor.
Así me di cuenta del grupo de orates con quienes estudié. Hasta hoy supe que estaba en peligro de ser uno de esos enfermitos. Y lo más cabrón del caso es que, por seguir a Gabriela, lo hubiera hecho de Joey si ella me lo hubiera dicho. Creo que eso es lo más triste.
1 comentario:
Qué loco...
Qué chido relato...
Y qué memoria tienes...
Intentaré revivir mis crónicas de secundaria y probablemente así me salve del alzheimer que he de tener por genética.
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